Los paros que han tenido lugar en las últimas semanas por parte de la Asociación de Pilotos de Líneas Aéreas (APLA) y la Asociación Argentina de Aeronavegantes (AAA), entre otras, que han perjudicado fundamentalmente a Aerolíneas Argentinas, han sido calificados por autoridades del gobierno y por gran parte de los pasajeros como una auténtica ‘salvajada”, ya que han provocado la suspensión de cientos de vuelo y han afectado a miles de personas que se han quedado sin poder volar, perdiendo reservaciones e incumpliendo compromisos previamente establecidos. Todo esto es lo que está provocando que la situación de la aerolínea de bandera o aerolínea nacional sea insostenible y que justifique cada vez más la decisión del Gobierno de proceder con su privatización, a pesar de que ésta posibilidad no pudo ser incluida dentro de la Ley Bases, que en un principio lo contemplaba.

Debido a esta caótica situación Aerolíneas ha perdido prestigio a nivel internacional y también local, ya que se trata de una compañía que ofrece muy pocas garantías en el cumplimiento de vuelos, que en cualquier momento son interrumpidos por los reclamos gremiales o por cualquier otra circunstancia que responde a asuntos internos de la empresa.

Los mismos dirigentes gremiales que, en algunos casos actúan como miembros del directorio, tal el caso de Pablo Biró, están actuando de tal forma que cada vez se justifica más la privatización de la compañía. Ellos mismos con sus planteos gremiales y exigencias están generando las condiciones apropiadas para que Aerolíneas pase a manos privadas, en busca de obtener mayor eficiencia y recobrar el prestigio que alguna vez supo tener.

Hay que tener en cuenta que el tema de la pérdida de prestigio es uno de los más graves junto al del déficit calculado en un millón de dólares por día. Hace un buen tiempo que Aerolíneas Argentinas ha desaparecido de los lugares de privilegio dentro del ranking mundial de compañías aéreas, quedando fuera de las 100 mejores líneas aéreas del mundo. Esto ha traído aparejado una menor cantidad de pasajeros y consecuentemente las pérdidas económicas que han generado un déficit que hasta ahora es solventado con subsidios del Estado nacional. Además, ha sido causante de problemas para miles de usuarios del servicio aéreo en el que no solo figuran turistas, sino también gente que viaja por trabajo, salud, y compromisos protocolares vinculados a empresas nacionales e internacionales.

Los últimos reclamos gremiales que han provocado la suspensión de servicios están vinculados a reivindicaciones salariales como el polémico sueldo de los pilotos que va de 3 a 10 millones de pesos y ahora pretenden un aumento del 70% contra una propuesta de la compañía que no supera el 11%. Todas estas acciones de fuerza se han estado implementando bajo la denominación de “asambleas informativas” para ocultar su naturaleza abusiva e ilegal que ya ha hecho perder a la compañía, en estos últimos meses varios millones de dólares.