El plantel de River regresó a los entrenamientos luego de gozar de un par de días libres tras el empate sin goles frente a Platense en Vicente López. A sabiendas de que no tendrá competencia a la brevedad por la disputa de las Eliminatorias Sudamericanas rumbo al Mundial 2026, el cuerpo técnico puso el foco en las recuperaciones de dos hombres clave en la defensa, que sufrieron lesiones el pasado domingo: Marcos Acuña y Fabricio Bustos.

El que más preocupación generó fue el Huevo, porque aguantó unos minutos más en el campo de juego luego de lesionarse, pero debió ser reemplazado por Enzo Díaz en el entretiempo. Algunos hinchas pensaron que se trataba de una pubalgia, que lo había afectado durante su última temporada en Sevilla. Otros imaginaron que era un desgarro y visualizaban que estaría descartado para las semifinales de la Copa Libertadores con Atlético Mineiro.

Sin embargo, el parte médico difundido por el cuadro de Núñez dio a entender que el lateral había padecido una contractura en el isquiotibial izquierdo.

El ex-Racing comenzó la práctica de este martes con algunos trabajos de gimnasio y kinesiología para evolucionar más rápido de la lesión. Pero la gran noticia fue que, sobre el final del entrenamiento, Acuña se puso los botines y realizó movimientos en el campo de juego.