La medianoche del viernes tuvo calor extremo, no solo del fenómeno climático con casi 40º de temperatura ambiente, sino también de las miles de almas (entre niños, jóvenes y adultos) que colmaron el Estadio del Bicentenario. La performance de Airbag fue la experiencia de rock más potente, encendida y pasional de las últimas ediciones de la FNS. La obertura de la popular marcha de La Cabalgata de las Valquirias (la ópera de Richard Wagner) fue el preludio de un encuentro épico que brindó la banda de los hermanos Sardelli en el escenario principal. Ante unos 60 mil espectadores (es la cifra que se anunció por micrófono en la previa), el trío conformado por Gastón, Patricio y Guido entró de manera imponente usando de fondo la proyección de una motocicleta en llamas, para dar comienzo con el tema Jinetes cromados. Llamaradas desde el borde del escenario, luces laser, columnas de humo y un sonido bien alto y claro de las guitarras distorsionadas constituyeron la postal de una presencia indiscutible de este grupo joven de Don Torcuato. La propuesta es madura, el grupo cuenta mucha experiencia escénica, solidez y actitud. Así, Airbag movilizó a las masas de forma ardiente, con hits como Intoxicarme, Apocalipsis confort, Nunca lo olvides y Huracán. Quien tomó siempre el micrófono, fue Patricio y estuvo bien interactivo con los fans. ‘Estamos muy contentos y con mucha manija, gracias a todos por este recibimiento. Esto recién empieza y la vamos a pasar muy bien’, saludó a la marea de jóvenes que no dejaban de corear y poguear. Después de haber brindado con un vaso de cerveza por Messi y por Maradona en su cumpleaños, se sentó en el piano de cola y lució su talento interpretativo para emocionar a todos con un paso de Para Elisa (clásico de Beethoven) y terminó en una reversión del clásico gardeliano Volver, que fundió después con la canción Por mil noches. Pero lo mejor estuvo en los contrapuntos entre ellos, cuando Guido se hizo cargo de la batería y el trío entonó el Himno Nacional Argentino, enganchado con un clásico rockanrollero Johnny B. Good. El final fue sublime. Como si todo lo anterior hubiera sido poco, Patricio descendió del escenario para abrazarse con decenas de chicos y chicas que se llevaron, felices, el recuerdo de haber estrechado su mano o haber recibido un beso de su ídolo.

El hip hop como bandera

Entre raps, fusiones de reggaeton y funk, Trueno desplegó todos los hits de El último baile Tour 2024.

Cerca de las 2 de la madrugada, apareció con un impactante show de luces, efectos escénicos, sonoros y proyecciones audiovisuales, pero sin dejar de lado un sonido intenso y un ritmo que siempre apuntaba a elevar la apuesta. Trueno dejó todo arriba del escenario y demostró por qué es uno de los número uno del género, con proyección internacional. Acompañado por un radiograbador de los antiguos e icónicos del hip hop, el joven se rapeó todo y no dejó nada al azar. Inició con Plo Plo y le hizo una dedicatoria a su amigo Bizarrap en un freestyle puro y duro para el gusto de los fans más exigentes. El show tomó más fuerza todavía con Fuck el police, donde destiló críticas contra el gatillo fácil, el abuso policial y la violencia institucional. Con ilustraciones proyectadas con estética de historieta gráfica, el mensaje fue más que contundente y claro. Entre los momentos destacables, uno fue cuando cantó Tierra Santa (el cual grabó en un cruce con Víctor Heredia), tema con el que también transmitió otro mensaje de esperanza y unidad para los pueblos del sur del Río Bravo: ‘Latinoamérica no llora, canta’. ‘No hay que olvidar de dónde uno viene y en que tierra nace’, expresó el joven rapero a viva voz. Cuando el show llegaba a su fin Trueno se quitó la camiseta de la selección argentina y a cuero pelado -como se dice en la calle- desplegó sus últimas notas. Sus seguidores, entre los que se encontraban numerosos niños y adolescentes- quedaron maravillados por su actuación.

Las postales de los artistas sanjuaninos

En la segunda noche de la FNS también se vivieron momentos interesantes en los escenarios alternativos. Para la comunidad de folkloristas y cultores de la tradición cuyana, en el escenario La Peña y en el Clásico hubo instancias compartidas por Tres para Cuyo, Noelia Cantos, el grupo Taité y también la voz de Ernesto Villavicencio, Adrián Cuevas y el Tío Los Barros. El público que se encontraba en sus mesas cenando cómodamente pidió varios bises para que siguieran interpretando tonadas y cuecas. También la danza estuvo presente y el Ballet Nuevo Tiempo y otros números, ofrecieron atractivas estampas con tangos, zambas y cuecas. Pero no todo fue folklore, el rock sanjuanino plantó bandera en el Escenario Energético. Allí transitaron Buquino, Fabricio Pérez, Juana Sonora, Mundo Binario y Fabricio Montilla, cada uno con repertorios de autoría propia. Quien destacó en el mismo nivel, fue Kbsonia que llevó a varias jóvenes a acompañar y cantar sus canciones. Como cada escenario estaba ubicado de forma distante entre sí, lo positivo fue que el sonido de uno no molestaba ni interfería con el de otro. Por consiguiente, los artistas locales pudieron tener una estructura cómoda y adecuada para poder llevar a cabo sus números y lucirse ante el público.