El esloveno Tadej Pogacar conquistó ayer la cuarta etapa del Tour de Francia, que se disputó entre Pinerolo y Valloire sobre 139,6 kilómetros de recorrido, y recuperó la casaca amarilla de líder de la tradicional competencia ciclística.
El emperador apareció en el Galibier para dictar sentencia. Tadej Pogacar, el ciclista perfecto, devorador de récords, ganador del Giro de Italia, remató una actuación coral de su equipo para derrotar a Jonas Vingegaard, sumar su duodécima victoria en el Tour de Francia (las mismas que Indurain) y vestirse de nuevo de amarillo arrasando a sus rivales.
El jefe de filas del equipo de bandera árabe le arrebató el comando de la prueba al ecuatoriano Richard Carapaz (EF Education-EasyPost) tras completar el tramo con 35 segundos de ventaja sobre el belga Remco Evenepoel (Soudal Quick-Steep) y el español Juan Ayuso, compañero de equipo del esloveno, quienes completaron el podio del día.
Por detrás cerraron el también esloveno Primoz Roglic (Bora-Hansgrohe) y el danés Jonas Vingegaard (Visma-Lease), vencedor de las pasadas dos ediciones del Tour, en las que Pogacar finalizó a sus espaldas tras celebrar en 2020 y en 2021.
Pogacar manda ahora con 45 segundos de ventaja en la general sobre Evenepoel y le lleva 50 segundos a Vingegaard en la clasificación de la competencia.
La demostración de autoridad dada ayer por el equipo UAE muestra a las claras el favoritismo de su líder. En el último tramo quedaban ocho hombres, Pogacar y tres compañeros, dos del Soudal, Evenepoel y Landa, Rodríguez (Ineos) y Vingegaard (Visma).
Hoy se disputará la primera etapa de la actual edición íntegramente en terreno francés, serán 177,4 kilómetros con perfil de media montaña entre Saint-Jean-de-Maurienne y Saint Vulbas, propicia para alguna fuga aventurera de los “rodadores”.