El Gobierno provincial y el INV (Instituto Nacional de Vitivinicultura) hablaron recientemente sobre la necesidad de hacer un censo vitivinícola, que desde 2010 no se realiza. Si bien hay datos parciales, este trabajo permitiría saber con exactitud cómo evolucionó el sector en estos años. Además, será clave para conocer cuántos viñedos se perdieron o achicaron debido a la sequía que atravesó la provincia. De los casos más extremos, ya encontraron que se perdieron 115 fincas productivas, que representan 375 hectáreas. Si bien hay voluntad por parte del instituto, todavía no saben si cuentan con los fondos para poder avanzar en la tarea.

El último censo vitivinícola esta previsto para 2020, pero se pospuso por la pandemia y, tras cuatro años, sigue sin haber fecha para este relevamiento. Pero en el primer encuentro entre el vicepresidente del INV, Abel Chiconi, y autoridades del Ministerio de Producción, coincidieron en que es necesario retomar este trabajo. Es que si bien durante estos años hubo actualización de los datos, que confirman una caída, no está medido en detalle. Para eso deberían hacer un operativo durante dos meses de recorrido de todos los viñedos empadronados, para tener el dato exacto.

En diálogo con DIARIO DE CUYO, Chiconi dijo que ya elevó este pedido formal al presidente del instituto. Pero por ahora, no tienen una fecha confirmada para avanzar en la tarea. El problema al que se enfrentan es la falta de fondos, ya que se trata de un proceso largo y costoso. Es que hacer un censo significa una tarea de al menos 15 inspectores, camionetas y recursos económicos para poder relevar la situación de cada finca. De esta manera tendrían los datos certeros de cómo cambió el panorama en la provincia.

La sequía juega un rol clave en los resultados, resaltó. “Yo presenté el pedido y justifiqué esta necesidad sobre todo porque el impacto que tuvo la crisis hídrica en la provincia fue muy profundo”, contó. Uno de los datos más recientes que tienen confirma esto: se perdió una gran cantidad de viñedos que estaban productivos hasta hace poco. Esto lo verificaron los técnicos del INV, que hicieron un registro de las fincas que hace tres años que no venden uvas a las bodegas, que en total eran 280. Cuando fueron a hacer la inspección, se encontraron con que 115 ya no estaban productivos, lo que representa un total de 375 hectáreas menos de vides.

Para el gobierno local, este tema es también de importancia central. Juan Carlos Hidalgo, secretario de Asuntos Vitivinícolas del Ministerio de Producción, dijo que necesitan esta información para poder tomar medidas con datos certeros. Es que si bien el INV tiene información general a partir de lo que detallan los productores en las ventas anuales, no es lo mismo que contar con el censo.

Para el funcionario local, la sequía también pudo haber tenido otros efectos en el mapa productivo local. Dijo que además de los viñedos abandonados, hubo productores que tuvieron que elegir entre regar una finca u otra, porque no tenían agua suficiente para todas sus hectáreas plantadas. Entre las sospechas que tienen, está que viñateros “dejaron secar algunas uvas tintas o finas y priorizaron otras variedades como cereza”, contó. Esto se debe a que esta última variedad da más kilos por hectárea que otras, que se utilizan para hacer vinos más finos y con mayor valor agregado. Explicó que esto termina produciendo que se resigne calidad por obtener más ganancias en la temporada.

Hidalgo citó dos ejemplos en los que es necesario tener un censo. Primero el caso de Pedernal, una zona que creció en los últimos años, cuando no hubo un censo. Pero además está el de Zonda y Ullum. Esta zona, que hace algunos años se dedicaba a la uva en fresco, hoy probablemente debió encontrar otro destino, por la caída de los mercados.

Datos parciales
4 años consecutivos de reducción de hectáreas registró el INV en sus relevamientos (menos
extensivos que un censo) al 2020 en San Juan. Las siguientes temporadas hubo sequía y baja de producción.

Más uva a mosto
Juan Carlos Hidalgo remarcó que en San Juan existe una salida para los productores que eligen no producir uvas finas gracias al crecimiento de la producción de mosto.

Operativo complejo
Abel Chiconi, sanjuanino vicepresidente del INV, dijo que están trabajando en analizar la logística del censo para calcular los costos y así buscar los fondos para hacerlo.

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