El sector vitivinícola se enfrenta a un brote histórico de peronóspora, un hongo que ataca las vides y daña frutas, hojas y la salud en general de la planta. Hasta el momento, han detectado casos en cuatro departamentos, que son los que producen la mayor cantidad de kilos de uva. Productores y especialistas dicen que desde hace unos 30 años no se veía casos tan graves en esta época. Las causas tienen que ver con una primavera atípica, que empezó muy húmeda y donde hubo continuidad de riego. Esto, sumado a que no hizo suficiente calor y que faltó prevención, generó la proliferación de la enfermedad. Ahora deberán actuar para contener la infección, porque si avanza puede generar pérdidas en esta y la próxima vendimia.
En general la peronóspora aparece entre febrero y marzo, ya que es cuando están dadas las condiciones, no así en la primavera como sucedió en esta oportunidad. Pero este año, el clima de las primeras semanas de esta estación fue atípico y ahí se produjeron las condiciones para el brote que hoy ya tiene a 20 productores con daños informados. Hasta ahora hay confirmados en Caucete, 9 de Julio, Sarmiento y 25 de Mayo.
El caldo de cultivo, coinciden productores y la titular del área de vitivinicultura del INTA, Beatriz Pugliese, fueron las lluvias de octubre. “Este hongo utiliza la humedad persistente para crecer”, explicó la investigadora. Entre el 8 y 10 de octubre se produjeron precipitaciones constantes, que en la zona sureste continuaron por unos días más. Miguel Moreno, titular de la Secretaría de Agricultura, sumó que esto se reforzó con que “se estuvo regando de forma constante”. Además, los finqueros de esa zona, como el presidente de la Cámara Vitícola, Pablo Martín, “notábamos que había un rocío constante y humedad”. De esta manera se cumplió la primera de las condiciones: cantidad de agua para su proliferación.
El segundo factor que también se cumplió fue que no hubo días con altas temperaturas. Pugliese dijo que un viento zonda fuerte podría haber revertido el escenario, pero no hubo. En cambio, otras formas de viento pueden generar proliferación de las esporas entre fincas vecinas. A esto se sumó, citó la especialista, a que hubo varios días nublados y frescos, ya que con temperaturas mayores a 35 o 40 grados la peronóspora podría haber muerto o quedado latente. Es que en general se encuentra en las hojas muertas de las vides, pero no ataca como lo hizo esta vez.
A las condiciones naturales se sumaron también problemas en la gestión de los productores de la prevención. Debido a que el hongo se mantiene en los viñedos sobre todo en los restos de hojas en el piso, aunque no se active, se pueden hacer aplicaciones con distintos activos, en especial cobre, para que no se propague. Miguel Moreno aseguró que, al no haber tenido presencia de brotes graves en muchos años, sumado a problemas económicos, “puede haber significado que menos productores hagan las tareas de prevención”. Para Martín, esto tuvo que ver, pero agregó que hay zonas donde se hizo prevención en las que igual se encontraron con casos graves.
Con este escenario, el trabajo de prevención a futuro será clave. La especialista del INTA explicó que la peronóspora tiene brotes en dos etapas. La primera es la que está sufriendo ahora la provincia, cuando crecen los casos y se producen daños extensos. El hongo afecta hojas, racimos nuevos y también otras zonas verdes de la planta. Estos efectos se verán en esta vendimia, aunque no hay todavía cálculos de cuántos kilos se perderán y para eso también están haciendo relevamientos. La segunda fase de la infección continúa dañando las vides y el riesgo es que también ataque las yemas, que serán las que produzcan uvas al año siguiente. Por eso consideran que están en riesgo dos cosechas consecutivas.
Por ahora, la tarea que puede hacer el sector es identificar las fincas con la enfermedad y hacer curaciones, también con químicos y con limpieza y espaciado de las plantas, detalló Pugliese. Desde el Estado, Miguel Moreno confirmó que para este brote no está previsto un fondo de contingencia, ya que no califica como tal. Aun así, convocaron a los productores a informar las infecciones, que se identifican por manchas en las hojas y zonas con “algo similar a un algodón de azúcar”. Con esto datos, analizarán la extensión de los daños, que no pueden prever, porque no hay registros recientes de un problema de este nivel.
> Capacitaciones
El INTA en la provincia está haciendo reuniones de emergencia para que los productores tengan información para prevenir la aparición de brotes o curar los viñedos. La próxima será mañana a partir de las 17, en el local de la Federación Económica.