El impacto final que tendrá la peronóspora en la próxima cosecha todavía está por medirse y hay dudas de cómo jugará en el precio. Los viñateros piden que todos los afectados reporten los daños, para tener una estimación antes. Es que creen que esto podrá afectar la oferta final de uvas comunes y por lo tanto los valores de la uva para moler. Del lado de los bodegueros no coinciden, ya que dicen que hay otros factores que podrían reducir cualquier variación que haga la enfermedad. Mientras tanto, el Estado continuará recorriendo finca por finca para terminar el relevamiento.

La provincia sufre el brote más grave de peronóspora desde hace al menos 30 años, que afectó sobre todo a la zona Sureste, la mayor productora de uva. La enfermedad la produce un hongo que se activa en entornos húmedos y frescos, ante la falta de prevención. Esto tiene en jaque a los viñateros, ya que la mayoría no recuerda haber tenido que enfrentarse a un problema de este tipo en noviembre y diciembre, meses típicamente más secos y cálidos. Debido a esto, ahora la prioridad es dar con datos concretos que les permita anticipar cuántos kilos de uva menos podría haber este año.

Pablo Martín, presidente de la Mesa Vitícola, dijo que están hablando con los socios para convencerlos de que hagan el reporte ante la Secretaría de Agricultura del Ministerio de Producción. De esta manera, dijo, podrán tener datos certeros de cómo serán los próximos meses de vendimia. “Hoy calculamos que a grandes rasgos el mínimo que se perderá está cerca del 15%, pero es imposible saberlo si la mayoría de los afectados no lo informa”, dijo.

Zonas afectadas
1200  son las hectáreas con daños, la mayoría en 25 de Mayo (720), Caucete (295) y Sarmiento (170). Atacó en especial uvas cereza y criolla.

Desde los organismos oficiales, Miguel Moreno, secretario de Agricultura, dijo que no tienen en claro si faltan o no denuncias, aunque aseguró que están buscando que se acerquen “los que efectivamente tienen daños”. Esta aclaración tiene que ver con que dijo que hubo casos de productores que dijeron tener problemas con la peronóspora pero cuando los técnicos fueron a la finca confirmaron que no era así. El funcionario confirmó que hasta ahora las tres comisiones de inspectores confirmaron más de 1.200 hectáreas con daños, de 117 productores, y que el relevamiento seguirá al menos una semana más.

A pesar de estos números, Martín dijo que creen que quedan muchos sin reportar daños reales. “Conozco más que tuvieron problemas que no fueron a reportarlos que los que sí”, dijo. “Creemos que tiene que ver con que como no es una contingencia climática y no aplica al seguro, lo consideran una pérdida de tiempo”, dijo. Pero esto podría afectarlos a futuro, ya que tener ahora un dato certero de cuánta uva menos habrá hacia el final de la temporada puede ayudar a fortalecer el precio que ofrecerán las bodegas, dijo. Es que el sector se mueve muy atado a la oferta y la demanda.

Del otro lado de la cadena productiva, los bodegueros no ven una relación directa, incluso reconociendo que el problema del hongo es grave. Mauricio Colomé, presidente de la Cámara de Bodegueros, dijo que si bien esperan una reducción en la oferta, será en un año en el que creen que habrá más uva que antes. Además dijo que hay stock vínico del 2024 y esto empujará el precio hacia abajo, compensado cualquier revalorización que provoque la baja producción. El empresario aseguró que no creen que el precio que paguen las bodegas crezca tanto como la inflación.