Los productores de cannabis medicinal de todo el país están en alerta, porque la última resolución del Gobierno nacional les impide producir. Si bien el uso de los productos recetados sigue como hasta ahora, los afectados son quienes tenían objetivos comerciales. La nueva norma sólo permite hacer cáñamo y fibras, pero deja afuera las plantas con compuestos activos para tratamiento de epilepsia y otras enfermedades. A nivel local, los privados dicen que es el último golpe que da por tierra los emprendimientos. Además, denuncian que ya venían con problemas graves, lo que costó que se pierdan millones en inversión y más de 3 toneladas de flores que habían cosechado.
El que iba a ser el polo de producción de cannabis medicinal de San Juan está abandonado. Así lo definen los empresarios, quienes retiraron hace algunos meses la inversión del lugar y fueron cortando la producción. Green Health llegó a ser la firma con mayor producción y en dos ciclos de cosecha obtuvo 3.000 kilos de flores de marihuana. Toda esto se perdió, confirmó su dueño Ernesto Clavijo. Mediplant, la primera en producir y obtener flores, estaba trabajando fuertemente en hacer nuevas semillas, que en general se importan. Hace algunos meses abandonó las plantas y los invernaderos y perdieron tres años de avance, confirmó el dueño, Matías Rasorkovanch.
Los empresarios coincidieron en que la última resolución del gobierno de Javier Milei puede ser el golpe definitivo para el sector. Se trata de la primera reglamentación este año de Ariccame (Agencia Regulatoria de la industria del Cáñamo y del Cannabis Medicinal). Esta institución se creó a finales de 2023 luego de que el Congreso aprobara la ley de producción industrial. Pero al cambiar el gobierno, la nueva gestión la vació, recientemente la intervino y recién ahora la está poniendo a funcionar.
En el documento, las nuevas autoridades definen dar de baja las aprobaciones de producción anteriores y sólo permiten avanzar con la fibra de cáñamo. Pero para hacer esto la variedad de plantas es distinta y en San Juan sólo se producían las vinculadas al cannabis medicinal, que genera flores con los activos. El director de Canme San Juan, Gonzalo Campos, confirmó que para la empresa estatal es un problema porque “demora el avance”. El funcionario entiende que habrá una segunda etapa en la que sí permitirán las variedades en las que se enfocó la provincia, pero que deberán esperar.
La postura de los empresarios es menos optimista. Tanto Clavijo como Rasorkovanch entienden que lo perdido hasta el momento es mucho como para poder estar en condiciones de volver a empezar pronto. Es que las instalaciones de estas dos empresas están prácticamente abandonadas desde hace meses. Ellos tenían la expectativa de que una vez lograda la ley de producción industrial podían empezar a vender e invirtieron y escalaron la producción para lograrlo. Pero todo ese esfuerzo no tuvo como resultado una habilitación.
PROBLEMAS DESDE ANTES
Además de lo definido por Nación, los empresarios denunciaron en diálogo con este medio que vienen acarreando problemas desde antes de que vaciaran Ariccame y que las nuevas autoridades les prohibieran avanzar con la industrialización. Clavijo explicó que hubo gestiones en Buenos Aires de parte de ellos para que les aprobaran sacar la producción, tanto en formato de aceite como en otros. “Le solicitamos a la gestión anterior, de Roberto Correa, hacer lo mismo que en Jujuy, vender las flores que hoy tienen buen mercado, pero nos dijeron que no”, aseguró. Así, la mayor producción fue perdiéndose y terminaron desechando 3.000 kg de flores.
Algo similar reportó el dueño de Mediplant, que fue la primera empresa en invertir en el predio. Ellos no generaron tantos kilos de planta, porque se enfocaron en la producción de genética. Es que las semillas para iniciar llegaron desde el exterior, para lo que Canme hizo gestiones internacionales y logró la aprobación para que entren al país. Esta empresa quería reemplazar esa importación y para eso criaron las primeras plantas, luego las clonaron (que es el proceso habitual) y estaban empezando a obtener variedades propias para registrar. Pero en medio de esto, contó Rasorkovanch, se encontraron otro no de la gestión anterior.
Mientras tanto, este año, desde Nación continuaban las malas noticias, con Ariccame vacío y sin respuestas. Después, contó Clavijo, pidieron una autorización para pasar a escala industrial para la empresa. Pero les respondieron que no se los iban a otorgar y el permiso para investigación que tenían era de Canme y que no era transferible a privados. Con la nueva gestión provincial, ambos privados dijeron que no tuvieron más oportunidades de avances, lo que causó que fueran desinvirtiendo en el predio ubicado en Sarmiento. Así se perdieron, calculan, cerca de 3 millones de dólares entre las dos empresas.
EL FUTURO DE CANME
Campos, titular de Canme, confirmó que las dos empresas han dejado sus predios abandonados. Incluso que hay invernaderos que están dañados por la falta de mantenimiento y los temporales de viento y que no están haciendo nuevas plantas. Pero el funcionario agregó que se trató de “una decisión empresarial de avanzar cuando todavía no estaba la autorización para la producción industrial”. Para el funcionario, “ellos sabían que se trataba de una inversión a largo plazo”. Señaló que las dos firmas tienen deudas de energía, que tiene uso intensivo en esta producción, y el canon que deben pagar para ocupar parte del predio. Agregó que a una de ellas le ofrecieron comprar parte de la producción (unos 40 kilogramos), para compensar las deudas, que es con lo que hoy producen en el laboratorio provincial.
Desde la empresa estatal dicen que esperan que vuelva a autorizarse la producción del tipo de plantas que tiene San Juan. Incluso avanzaron con un acuerdo con otras dos firmas, Canoil y Can 4.0, que tienen concesiones en el predio, pero todavía no avanzaban como las otras. Campos dijo que si hoy empiezan con investigación “no se demora dos o tres meses, por lo que cuando Ariccame vuelva a autorizar pueden estar listos y con las certificaciones que las otras empresas no tenían”.
En cambio, los dueños de Green Health y Mediplant no ven una alternativa pronto. Rasorkovanch dijo que recuperar todo el trabajo que tenían avanzado puede demorar seis meses o un año por lo menos. Además, todas las plantas madres que tenían ya murieron y deben volver a adquirir semillas. Clavijo agregó que ellos tenían un socio comercial canadiense y que no creen que puedan volver a convencerlos de invertir, además de que les quedó equipamiento sin usar. Mientras tanto, las dos empresas despidieron a sus trabajadores, que en el momento de la construcción de invernaderos y galpones llegaron a ser más de 60.
> El aceite y laboratorio provincial siguen
A pesar del conflicto con el sector privado por la imposibilidad de escalar a una producción industrial, el suministro de aceites medicinales sigue. Estos productos están destinados en especial a pacientes con epilepsia refractaria, que están inscriptos en un registro provincial. Además, continúa la posibilidad de los productores que están en Reprocann. Gonzalo Campos, presidente de Canme San Juan, confirmó que el laboratorio ubicado en el hospital Lanteri cuenta todavía con materia prima para producir aceites. Además lograron la certificación para la variedad con mayor porcentaje de CBD que estaban haciendo. El funcionario agregó que con la venta de este producto de calidad farmacológica tienen asegurada la sustentabilidad de la empresa estatal. Esperan a que Ariccame apruebe nuevamente la producción de variedades con psicoactivos para que haya nuevas cosechas locales para continuar con la producción.