Los tres días de la Exposición Internacional San Juan Minera giraron en torno al cobre, aunque esta no fuera la temática oficial que aparecía en el título del evento. Pero el peso de los proyectos locales, sumado al interés de funcionarios y empresarios por instalar el tema en la discusión federal, hicieron que el metal conductor gravitara la discusión. La firma del convenio entre cinco provincias para crear la Mesa del Cobre fue el hecho más importante para los asistentes. Actores nuevos, como gobernadores de provincias que no están vinculadas a este mineral o diplomáticos de unos 20 países, también se sumaron. En San Juan el cobre era ya el centro de la escena, pero después de la feria, esperan que el interés se afiance en todo el país.

Desde hace algunos años, la minería ganó terreno en los debates económicos y políticos del país. La necesidad de divisas hizo que incluso en Buenos Aires esta industria crezca en importancia, al punto que los tres principales candidatos presidenciales en 2023 apostaban por la reactivación del sector. Pero en medios y discursos, el litio era el principal producto minero del que se hablaba. En la provincia, en cambio, empresarios y actores políticos insistían en que el cobre era tan necesario como el componente de las baterías.

Los principales voceros de la industria insistían desde hace tiempo en que “hace falta más del doble de cobre que de litio para un auto eléctrico”. Esto lo repetían referentes como Mario Hernández o Ricardo Martínez y también proveedores locales, que veían en yacimientos como Josemaría o Los Azules una oportunidad. En el plano político, el gobernador Orrego tomó como lema la definición de que “el litio es táctico, pero el cobre es estratégico”. A nivel nacional, la primera funcionaria en hablar de este metal como prioridad fue Flavia Royón, la expulsada secretaria de Minería de Milei. Así, el mensaje fue creciendo y durante la Expo San Juan Minera terminó de cuajar en dos momentos centrales: la firma de la Mesa del Cobre y una convocante charla abierta.

En el primer caso, los integrantes de la mesa marcaban el peso político de lo que estaba sucediendo. Marcelo Orrego, sanjuanino e integrante de los gobernadores de Cambiemos; Alfredo Cornejo, mendocino, también de Cambiemos pero de las filas de la Unión Cívica Radical; Raúl Jalil de Catamarca, de Unión por la Patria; el salteño Gustavo Sáenz, peronista pero identificado por estar abierto al diálogo con otros sectores y Carlos Sadir, jujeño e integrante de Cambiemos, pero de la fuerza de Gerardo Morales, que fue de vicepresidente de Rodríguez Larreta. A pesar de las diferencias, todos los mandatarios firmaron en conjunto la creación de la Mesa de Cobre, con objetivos en común. Si bien mostraron matices en cuanto el RIGI (Régimen de Incentivo de Grandes Inversiones), adelantaron que gestionarán juntos para que avancen los proyectos y hasta hicieron un llamado a los empresarios, diciendo que “el momento de invertir es ahora”.

Había otras dos figuras en el escenario cuando presentaron el acuerdo, estos eran el Secretario de Minería de la Nación y el gobernador de Córdoba, Martín Llaryora. En el primer caso, fue un respaldo que ya se esperaba. Aunque el nuevo titular del área minera no es una figura que hable en público, estuvo dos días en la provincia, mostrando que el cobre sigue teniendo el apoyo de la gestión mileísta. En el caso del cordobés, hubo hasta comentarios en tono de humor entre los gobernadores por su presencia, porque esta provincia no tiene minería metalífera y mucho menos exploración del metal conductor. En cambio, su presencia tuvo que ver con la importancia para la industria que tendrá el desarrollo de este recurso. Aunque su provincia tiene la segunda economía más grande pero vinculada al agro, sentó su posición y dijo que lo que necesita el país es “el agro junto a la minería para salir adelante”.

En el rubro empresarial, las compañías exploradoras, explotadoras y proveedores hace años que le dan un lugar central a esta minería. Pero entre las 300 participantes se vieron nuevos rubros, como tecnológicas, comunicación, de repuestos y hasta de energías renovables. Todos estos empresarios, gracias al crecimiento de las expectativas, llegaron a San Juan con un objetivo “ver qué se le puede ofrecer al cobre”.

  • Los más y menos

Diversidad e interés
La asistencia a la feria fue la más grande hasta el momento, con más de 24.000 personas según la organización. Algo notorio fue que muchos de los que ingresaban eran familias y curiosos, que no sólo recorrieron los stands, también se sumaron a las capacitaciones.

El predio quedó chico
Durante los dos primeros días el predio Cepas Sanjuaninas se vio a tope de su capacidad. En momentos clave, como en la jornada de capacitación sobre el cobre, circular por el área de los stands era difícil, según comentaron algunos de los asistentes.