Si la temporada invernal continúa como hasta ahora, el próximo verano puede alcanzar el agua para llenar los tres diques, como no sucede desde el año hídrico 2016-2017. Esa fue una de las conclusiones que discutían, fuera de micrófono, los técnicos que asistieron al workshop sobre agua que organizó la UNSJ. Oficialmente, las versiones son más precavidas, porque si bien hubo al menos tres nevadas muy buenas, todavía queda mucho para el pronóstico hídrico oficial. Aun así, la estrategia para el próximo ciclo será conservadora. David Devia, secretario de Agua y Energía, aseguró que priorizarán recuperar las reservas, que, tras 7 años de sequía, se encuentran en negativo. Para esto, mantener el coeficiente actual y controlar que se entregue agua a fincas productivas en tiempo y forma será una prioridad.
El ciclo hídrico 2023-2024 se encuentra todavía a mitad de camino. Tras una primavera y verano extremadamente cálidas, en el otoño hubo tres nevadas tempranas y de importancia. Esto marca una diferencia con años anteriores, porque no se acumulaba un temporal sobre otro desde hace años. Este es el indicio por el cual los técnicos hablan de un buen año, tal vez uno “muy bueno”. Pero todo depende de la naturaleza. Si no hay más precipitaciones o la temperatura y el viento dispersan lo que se acumuló hasta ahora, el pronóstico podría ser menos alentador de lo que hoy esperan.
Aun así, incluso en el caso de que haya una gran cantidad de agua en comparación con temporadas anteriores, seguirán manteniendo una estrategia cuidadosa. David Devia, Secretario de Agua y Energía, explicó que “hoy una de las prioridades es mejorar las reservas”. Con años de bajo caudal del río, los embalses quedaron por debajo de las cotas recomendadas. El acuífero se encuentra en un estado crítico porque se extrajo una gran cantidad y no hubo recarga. Esto implica que las dos principales reservas a futuro que tiene la provincia están afectadas.
Por eso, adelantó Devia, si bien trabajarán con los distintos actores sociales para definir el uso, mantendrán políticas de cuidado del agua. “Si tenemos muy buenas capacidades este año, tenemos que plantearnos acumular reservas, porque a futuro van a impactar de forma positiva”, explicó. Esto significa devolver a los tres embalses sus niveles, ya sea en una o más temporadas. Dijo, además, que esto es importante porque la previsión es que haya otro ciclo extremadamente seco después de uno o dos buenos. De lograrlo será la segunda vez en la historia que San Juan cuenta con todas sus reservas superficiales, ya que la única vez que se llenaron los tres embalses fue en la temporada 2016-2017, la última temporada muy buena desde que están las tres obras.
En números, para devolver a sus niveles los embalses, es necesario que el próximo año hídrico, que empieza en octubre, signifique un aporte del Río San Juan de cerca o más de 2.000 hm3 (hectómetros cúbicos). Es que los tres embalses juntos pueden alojar unos 1.400 hm3. Hoy tienen, entre los 14,39 hm3 disponibles, volúmenes muertos y la cantidad de agua por debajo de los límites de seguridad, 416 hm3. Si se mantienen las actuales políticas de riego, en años anteriores pudieron cubrir la temporada con algo más de 700 hm3. Además, son necesarios entre 200 y 300 hm3 para el uso humano.
La clave será definir la forma en la que se regará en el Valle de Tulum, ya que es el sector agrícola el que tiene las mayores necesidades hídricas. “Hay que tener en cuenta que son los que más usan, pero también los que más dependen”, explicó Devia. De esta manera, quieren trabajar para que el riego sea a conciencia.
Uno de los puntos que dicen que les trajo buenos resultados fue ajustar el coeficiente con el que riegan. Esto quiere decir, ajustar la cantidad de agua que va por los canales. Si bien históricamente se usaba un valor mayor, en los últimos años se ajustó y durante el último verano fue de 0,3 litros por segundo, por hectárea. Este valor les permitió “regar todos los días y que alcance para todos en el verano, que fue extremadamente caliente”. Por eso, no descartan mantener un valor similar para la próxima temporada.
También trabajaron en la planificación, “asegurándonos de que recibe agua hasta el último de la cola”. Para esto implementaron una monda mucho antes esta temporada. A largo plazo, están trabajando para hacer un relevamiento de cuántas fincas hay produciendo, qué tipo de cultivos hacen y cuándo necesitan regar. Para esto trabajan con el INTA y la CONAE. Devia explicó que a largo plazo “lo ideal sería implementar un riego a demanda”, pero que para esto habría que cambiar la infraestructura completa.
Recuperar el acuífero será difícil
Si bien una buena temporada nívea alienta las expectativas de elevar el nivel de los tres diques, no hay ilusiones con respecto a poder recuperar el nivel del acuífero. La reserva subterránea de la provincia fue utilizada durante los años de sequía con perforaciones privadas y del Estado para complementar el riego. A esto se suma el uso domiciliario tanto de OSSE como de las uniones vecinales. El secretario de Agua y Energía, David Devia, explicó que según los cálculos que tienen “hoy harían falta entre 350 y 400 hm3 para recuperar todo el acuífero”. Esto es el equivalente a la capacidad completa del dique de Ullum y parte de Punta Negra.
Para poder elevar el nivel de los acuíferos, es necesario dejar circular agua por el lecho del río, en especial en el tramo que va entre el dique partidor San Emiliano y algunos kilómetros después del puente de Albardón. Esto se debe a que en esta zona se encuentra el tramo más permeable, por lo que ayuda a elevar el nivel tanto de las zonas cercanas como el resto del acuífero. Pero para hacerlo, esta cantidad de agua no debería destinarse a riego u otros usos. Las expectativas que generan las nevadas no llegan a tanto y por lo tanto, para volver a mejorar el nivel del acuífero deberán planificar a largo plazo, que Devia calculó de al menos tres años.