El presidente de la Sociedad de Chacareros Temporarios, Osvaldo Recio, hizo una primera evaluación sobre cómo impactó el frío extremo de los últimos días a la producción en las chacras.
“Están siendo heladas muy fuertes en distintas zonas y está afectando nuestra producción” dijo a DIARIO DE CUYO Recio respecto a las plantaciones de lechuga, acelga y espinaca, que son los cultivos de invierno.
Respecto a la superficie afectada, Recio dijo que en el Gran San Juan hay entre 1.000 y 1.500 hectáreas plantadas con verdura de hoja y de esa superficie, el 70 por ciento está en los departamentos que sufren más las heladas.
“Siempre las zonas más afectadas son Médano de Oro, Angaco, San Martín, Santa Lucía, que son las zonas más frías, Pocito escapa un poco en esta temporada, en verano es al revés, es más afectado por el calor, ahí no pega tanto el frío” describió le chacarero.
Aunque las pérdidas no son totales, sí hay notables bajas de rendimiento, dijo el productor.
Recio agregó que en algunos casos se puede recuperar una parte de las plantas en estadíos más avanzados, quitando las hojas heladas, mientras que las plantaciones más nuevas directamente se les interrumpe el crecimiento.
“Hay hojas que se hielan, se salva algo pero una acelga no tienen el rendimiento que tiene que tener”, comentó el productor.
Respecto a otros de cultivos de esta temporada como son el ajo y la cebolla, Recio dijo que estas temperaturas extremas frenan su desarrollo.
El cultivo sanjuanino que no sufre con temperatura bajo cero y hasta se beneficia
Prácticamente toda la Argentina se encuentra actualmente inmersa bajo temperaturas extremadamente bajas. El invierno de este año, llegó con una intensidad que desde hace mucho tiempo no se veía. Sin embargo esta estación juega un papel fundamental en el ciclo de vida de la vid. Con la llegada de las primeras escarchas y heladas, surge la interrogante sobre cómo estas condiciones climáticas afectan a los viñedos. Las experiencias acumuladas y los conocimientos técnicos en viticultura ofrecen una visión esclarecedora y mayoritariamente positiva sobre este fenómeno.
Los expertos en viticultura afirman que, en general, el frío invernal es beneficioso para las vides. Las bajas temperaturas ayudan a frenar el avance de enfermedades y patógenos, así como a eliminar insectos perjudiciales para las plantas. Esta fase de frío se considera esencial, siempre y cuando no se alcancen temperaturas extremadamente bajas, específicamente por debajo de los -10 grados centígrados, ya que podrían provocar daños irreparables en el viñedo.
Aunque las vides en general pueden soportar bien el frío, las plantas jóvenes son más susceptibles a temperaturas inferiores a -7 grados centígrados. Por otro lado, las vides maduras tienen una capacidad de resistencia mayor, lo que les permite soportar incluso temperaturas más bajas sin sufrir daños significativos.
En lo que respecta al mantenimiento del viñedo durante el invierno, es fundamental realizar labores que vayan más allá de la poda. Estas actividades son clave para determinar la estructura futura de la planta y la cantidad de uva que se espera cosechar. Los expertos defienden que un invierno prolongado y frío es beneficioso, ya que retrasa la brotación de la vid y reduce el riesgo de daños por heladas tardías.
En definitiva, el invierno no es un adversario, sino un aliado esencial para el desarrollo saludable de sus viñedos. El conocimiento y la experiencia de los viticultores se traducen en una gestión eficaz y adaptada al clima, lo cual es fundamental para garantizar la calidad de los vinos que se producen.