Si bien falta para que termine el verano, hasta el momento los datos y la percepción hablan de una temporada agrícola más complicada de lo normal. Esto generó que en el sector se encontraran con problemas. Las lluvias y la humedad ambiente generaron más enfermedades en algunos cultivos. El granizo dañó hectáreas en toda la provincia y las que no se perdieron al 100% sufrieron más podredumbre. La primera ola de calor recién podría empezar esta semana y, si bien podría frenar contagios, si persiste la humedad puede crear otros problemas. Frente a todo esto, los especialistas recomiendan más prevención, pero esto encarece el trabajo del sector.

Uno de los primeros datos que muestran lo atípico de los últimos meses es la cantidad de lluvia que cayó. Según un informe parcial elaborado por el INTA con datos de su propia estación, en diciembre y lo que va de enero se acumulan 54,7 mm, mientras que en estos dos meses de la temporada pasada fue de 2,1 mm y en 2022/2023 cayeron 29,6 mm. Pierluigi Pierantozzi, del área de Agrometeorología y Cambio Climático agregó que en octubre también hubo un récord de lluvias y que se registraron más vientos. Agustina Albeiro, climatóloga, dijo que la primera ola de calor de esta primavera-verano sería la que está empezando, ya que antes no se cumplieron los parámetros (tres días seguidos con más de 38º).

Quienes tienen claro que fue un verano especialmente difícil, por sus consecuencias, son los productores. Los primeros en sufrir los problemas fueron los productores de uva, que al registrarse una primavera muy húmeda sufrieron el brote histórico de poeronóspora. No hay registro de un ataque como el actual de este hongo y Gobierno tuvo que activar una línea de créditos para que avancen en el tratamiento. Pablo Martín, de la Mesa Vitícola, dijo que todavía no hay datos certeros de cuánto se perdió por esta problemática.

Los productores de hortalizas y frutas sufrieron especialmente con el granizo. Si bien no hubo más temporales que otros años, a finales de diciembre se sucedieron dos muy seguidos: el 23 y el 29 de diciembre. Osvaldo Recio, presidente de la Sociedad de Chacareros Temporarios, advirtió que están los productores que perdieron todo y volvieron a sembrar, pero a la vez, los que continúan con daños. Estos últimos se enfrentan a que sus plantaciones tienen “hojas rotas, que son las que protegen los frutos” y que en estos casos una ola de calor como la que está por empezar es más dañina.

También en la franja hortícola están los productores de tomates, que debido a la persistencia de la humedad han sufrido más problemas de podredumbre. Este grupo de productores sufrieron daños por granizo y ahora temen que si continúan las lluvias y el calor se pierda más producción. Rolando Pérez, integrante de la cámara que agrupa a los tomateros, dijo que el viento también tuvo un efecto negativo durante los primeros meses cálidos.

La ola de calor, que podría empezar hoy, tendrá efectos diversos, coincidieron los especialistas. Para el hongo de la vid, en caso de ser un calor seco, podría significar un freno a los contagios. A la vez, Pablo Martín dijo que puede implicar una baja en la producción si es muy intensa. Regio, de los chacareros, se mostró preocupado por los efectos en las plantas ya dañadas, al igual que los productores de tomates. En la segunda mitad de enero la humedad ambiente bajaría, según pronosticó el climatólogo Germán Poblete.

Pierantozzi dijo que la sumatoria de eventos es peor para muchos de los cultivos. Beatriz Pugliese, a cargo del área vitivinícola del INTA, agregó que esto obliga los productores a prepararse con más prevención y con cambios en la forma de trabajo. Pero para poder prepararse para más temporadas atípicas, es necesario reforzar la inversión en medidas preventivas y curativas, lo que empieza a interactuar con los precios.