Más allá de su estado de cuidado y mantenimiento de las instalaciones y de exploración de nuevos recursos, el proyecto Casposo dio un giro ayer que le abre la puerta definitiva para volver a procesar oro, algo a lo que apuntan a iniciar este año, luego de 6 años con la mina parada. Ayer el Gobierno le otorgó la DIA (Declaración de Impacto Ambiental) al proyecto, que si bien aprueba las dos últimas Actualizaciones del Informe de Impacto Ambiental, lo más importante es que le da a la empresa, que responde a Austral Gold, la luz verde definitiva para retomar la explotación metalífera.
DIARIO DE CUYO intentó comunicarse ayer con los ejecutivos locales de la firma que le pertenece al zar argentino de los negocios inmobiliarios, Eduardo Elsztain, pero no fue posible. De modo que aún resta conocer definiciones acerca de la mano de obra que generará la reactivación de Casposo, tanto directa como indirecta, y qué cronograma de trabajo se maneja. Lo que sí se sabe es que la expectativa de comenzar la explotación durante 2025 es muy alta, ya que Casposo procesará durante tres años en su propia planta las 450.000 toneladas de oro que extraiga el proyecto Hualilán, en Ullum, tal cual el acuerdo al que llegó con la empresa Challenger Gold el mes pasado.
Pero también está la meta de procesar mineral propio, dado que desde 2019 Casposo no paró la actividad exploratoria. Según el último informe de la compañía, todavía le quedan pendientes de extraer 891.975 onzas de plata y 26.301 onzas de oro. Además, en todos sus depósitos, estiman que hay 3.657.882 onzas de plata y 138.740 onzas de oro.
En lo inmediato, y ya con la DIA otorgada, la compañía tendrá que ponerse manos a la obra para renovar su planta de procesamiento, tarea para la que tomó un crédito de 7 millones de dólares del Banco San Juan.
Casposo, ubicada en la cordillera calingastina a 2.400 metros de altura, fue una de las primeras minas metalíferas sanjuaninas en entrar en actividad durante el boom del oro con el cambio de milenio. Si bien sus reservas eran pocas en comparación con gigantes como Veladero o Lama, era muy atractiva por su ecuación económico-financiera, ya que le jugaban a favor la poca altura y que apenas 35 km la separan de la Villa Calingasta. Entró en operación en 2011 y paró en 2019, con precios internacionales y producción en caída, quedando en etapa de cuidado y mantenimiento, estatus que se revertirá ahora tras la novedad de la DIA.
En su esplendor, Casposo llegó a tener más de 700 trabajadores contratados; hoy son apenas más de 40, entre empleados directos y contratistas. Ahora queda saber qué movimiento laboral generará la reactivación de la mina calingastina.