En un escenario global afectado por los aranceles recíprocos impuestos por Donald Trump, Luis Caputo sumó apoyos de dos jugadores geopolíticos que se rozaron con sutileza durante toda la sesión de primavera del FMI: Kristalina Georgieva, directora gerente del organismo multilateral de crédito y Scott Bessent, secretario del Tesoro.

Bessent cuestionó la hoja de ruta del Fondo Monetario Internacional vinculada al apoyo de países que no hacen su propio ajuste económico, mientras que Georgieva aprovechó sus espacios mediáticos para refutar las críticas del secretario del Tesoro.

En medio de este antagonismo dialéctico acerca del futuro del FMI, que Bessent y Georgieva protagonizaron a la distancia, Caputo fue respaldado por ambos sin matices diplomáticos.

“Argentina es un buen ejemplo. Estuve en Argentina a principios de este mes para demostrar el apoyo de Estados Unidos a los esfuerzos del FMI para ayudar al país a reestructurarse financieramente. Argentina merece el apoyo del FMI porque está logrando avances reales en el cumplimiento de los parámetros financieros”, dijo el secretario de Estado en el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) de Washington

Scott Bessent apoyó el plan económico argentino, durante un discurso que pronunció en el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF) de Washington

“La Argentina ha demostrado que esta vez es diferente”, afirmó Georgieva en la conferencia de prensa que ofreció a todos los periodistas del mundo que cubrían las sesiones de primavera del Fondo.

Y remató: “Esta vez hay determinación para encaminar la economía de manera sólida. Se pasó de un alto déficit a un superávit, de una inflación de dos dígitos a cifra que en febrero bajó de 3%; de una pobreza superior al 50% a una actual de alrededor del 37%. Sigue siendo muy alta, pero está descendiendo. El Estado se está retirando de donde no debe estar, para permitir mayor dinamismo del sector privado”