El proyecto para capacitar a personas desempleadas en rubros que necesita el sector privado ya empezó con su fase de prácticas profesionalizantes. Se trata de Aprender, Trabajar y Producir, que lanzaron en septiembre, como parte del trabajo de la Gerencia de Empleo del Ministerio de Producción. En total ya lograron incorporar a distintas empresas privadas para que aprendan a hacer tareas concretas a 50 personas. En las próximas semanas seguirán haciéndolo con el resto de las 1.500 en total que superaron la etapa teórica. Están buscando que el comercio sume practicantes antes de que lleguen las fiestas de fin de año.
El programa de capacitación laboral de Producción es una de las políticas centrales del actual gobierno, ya que busca movilizar el mercado de trabajo. Tiene tres fases: capacitaciones teóricas de distintas áreas laborales, en habilidades blandas y finalmente las prácticas profesionalizantes. Este último paso permite a las personas que se formaron incorporarse a una empresa privada para terminar de aprender. Si bien no es una contratación, gracias a un acuerdo inicial, Gobierno aporta medio salario mínimo, hoy 135.000 pesos y el empresario un mínimo de 50.000 pesos, por 20 horas de trabajo semanales.
Luciana Cuk, directora de la Gerencia de empleo, confirmó que ya ubicaron a los primeros 50 practicantes en 40 empresas privadas. En las próximas semanas quieren seguir avanzando en este proceso, ya que todavía hay 1.450 personas que terminaron la formación teórica. En principio tienen 200 firmas que pueden llegar a 300 que son candidatas. Estas son las que se sumaron al convenio entre Gobierno y cámaras empresariales, con las que están dialogando para que empiecen a dictar prácticas.
Uno de los rubros donde esperan que se creen más espacios de formación práctica es el comercio. “Estamos hablando con las cámaras y los empresarios, porque queremos que se incorpore la mayor cantidad ahora y no justo antes de que empiece la temporada alta de ventas a mediados de diciembre”, explicó Cuk. Si bien tienen algunas personas que ya se sumaron a este tipo de negocios, esperan que sea uno de los que más practicantes tome.
En cuanto a cómo vienen trabajando hasta ahora, dijo que el programa dio buenos resultados y que al menos dos empresas hicieron contrataciones antes de que termine la formación. Esto ocurrió en una textil y también en Iglesia, donde una pyme proveedora minera sumó a una de las estudiantes antes de que termine los cursos. Esto fue gracias a que se mide “el mérito y el desempeño durante el cursado”. A la vez, decidieron que en caso de aquellas personas que necesitan reforzar algunos conocimientos continúen siendo capacitados para que puedan tener el nivel que necesitan los empleadores.
Otra de los sistemas que contempla el programa es el de capacitaciones para autoempleo. En este, personas que tenían interés en ser emprendedores recibían también capacitaciones en oficios. Como los integrantes de la primera tanda también terminaron su formación, ya abrieron la posibilidad de presentar proyectos. En este sentido, Cuk recordó que hoy es el último día en el que recibirán los mismos (ver flayer en edición web). Ya tienen 20 propuestas listas y creen que alcanzarán las 100. De estas, un comité de especialistas elegirá las mejores y a estas les entregarán o 1 millón de pesos no reembolsables o un crédito de hasta 2 millones de pesos.
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Emanuel Acosta (32) y Muricio Soria (39) se quedaron sin trabajo hace más de seis meses. El segundo estaba en el área de soldadura y servicios generales en El Tambolar, obra que quedó paralizada por falta de fondos. El más joven tenía un contrato en la ex Energía San Juan, haciendo mantenimiento, pero este terminó. Desde ayer se incorporaron en Servicios Industriales, una metalúrgica en Pocito, donde aprenderán oficios dentro de la metalúrgica. Los dos sanjuaninos son parte del grupo de 50 personas que empezaron las prácticas profesionalizantes.
Mauricio contaba con experiencia en soldadura común, algo que era un requerimiento para poder acceder a uno de los cursos más esperados: soldadura TIG y MIG. En la empresa pocitana pondrá en práctica lo aprendido en las últimas semanas. Emanuel en cambio no tenía conocimientos previos en metalúrgica y se inscribió para mecanizado en CNC. Había visto las máquinas funcionar en videos y le parecía interesante, por lo que ahora podrá poner en práctica ese anhelo. Si bien buscaban nuevos conocimientos, para ambos la mayor expectativa es la misma: tener un trabajo estable.