La decisión del Ministerio de Economía de la Nación de incorporar al vino a granel al régimen de licencias no automáticas, que llevará a desalentar el ingreso de caldos del exterior, en particular de Chile, tuvo distinta repercusión. En el ámbito de los viñateros apoyaron la decisión y dijeron que era un planteo permanente del sector. En cambio, en el sector bodeguero criticaron la disposición con el argumento de que si hay faltantes habrá necesidad de ingresar el producto desde otros países para mantener los mercados.
Para reforzar el control a las importaciones y cuidar los dólares, la cartera económica que conduce Sergio Massa pasó una serie de productos, entre ellos el vino a granel, desde el régimen de licencias automáticas a licencias no automáticas (LNA). Las licencias de importación son uno de los procesos que hay que llevar a cabo para realizar la introducción de mercancía al país. En el primer caso, la importación se aprueba en un lapso no mayor a las 72 horas, luego de un proceso de control. En el otro sistema la operación puede demorar hasta 60 días o no ser aprobada.
La principal consecuencia de importar vinos es que deprime los precios en el mercado interno, que es lo que los viñateros quieren evitar a toda costa. Lo que divide las aguas en la industria vitivinícola es que la cosecha de 2022 fue de 19,2 millones de quintales, menor al promedio, y los stocks vínicos están equilibrados. Frente a ese panorama, se puede llegar a plantear la necesidad de traer vinos del exterior para sostener los mercados.
La importación de vinos no es nueva y en particular el Gobierno sanjuanino y los viñateros la rechazan. El antecedente más cercano a la posibilidad de importar vinos se dio entre los meses de abril y mayo de este año, cuando el grupo Peñaflor dio a conocer que les faltaba vino para mantener la planta en producción. Y no descartaban traerlo de Chile. Hasta hubo un encuentro en el que ofició de mediador el ministro de la Producción, Ariel Lucero, entre productores y bodegueros de San Juan y los directivos de la bodega. La intención era llegar a un acuerdo para evitar la importación de vinos, y al final, pese a los precios, se pudo evitar la entrada de caldos desde Chile.
No obstante, se recuerda que tras la cosecha de 2016 y la de 2017, las más bajas de los últimos 50 años, se importaron desde Chile, principalmente, unos 809 millones litros, según datos del Instituto Nacional de la Vitivinicultura (INV). En tanto, durante 2018 ese número bajó drásticamente a 26 millones de litros, según consigna el diario Los Andes.
Ahora la discusión vuelve. Y los viñateros aplauden la decisión tomada por la cartera de Massa. Juan José Ramos, desde la Asociación de Viñateros Independientes y vicepresidente de Economías Regionales de la Confederación Federal Pyme, dijo que "es una medida que veníamos pidiendo porque hay temor a que se pueda importar vino".
Eduardo Garcés, desde la Federación de Viñateros, recordó que el planteo ya se había hecho en una asamblea de economías regionales de CAME. "Es porque el riesgo de importación siempre está", sostuvo el dirigente. Desde la Cámara Vitivinícola, Gustavo Samper sostuvo que "no estoy de acuerdo con la importación abusiva de vino, pero sí es necesaria en determinados casos para atender un mercado".
Mario Pulenta, desde la Cámara de Bodegueros, sostuvo que "es una medida que no trae ningún beneficio al sector vitivinícola, por el contrario puede generar un perjuicio". A aclaró que "no se ve en el mercado la necesidad de importar vino". Criticó también la decisión de que las barricas de roble, que usan las bodegas para añejar vino, también fueron incorporadas al régimen de licencias no automáticas.
RESTRICCIÓN
60 Es la cantidad de días que puede demorar conseguir la autorización para importar con licencia no automática. Tambien puede que no sea aprobada.
* Ventas en agosto
Según los datos informados por el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), en agosto pasado los despachos de vino al mercado interno tuvieron un crecimiento del 5% respecto al mismo mes de 2021, en el cual se destacan los vinos blancos, con +21,5% de crecimiento. Respecto a las cifras acumuladas, también se ve un aumento de las ventas de un 1,3% durante los 8 primeros meses del año, respecto al mismo período del año pasado, y también en este lapso los protagonistas son los blancos, con +11,3%.
En cuanto al acumulado de enero a agosto 2022, el presidente del INV, Martín Hinojosa, comentó que "en los 8 meses de 2022 ya se acumula un crecimiento de 1,3% con respecto al mismo período de 2021. Son casi 549 millones de litros que se despacharon al mercado doméstico, con una perfomance muy positiva de espumantes, que parecen ser el producto estrella pospandemia".