Se viene una temporada difícil para la vitivinicultura. Se sabe que habrá mucha menos uva porque los viñedos fueron golpeados por las heladas tardías y una seguidilla inédita de olas de calor junto con la sequía -algunos ya hablan de 25% menos en el país-, y hay bodegas que salieron de forma anticipada a comprometer a los productores para tener uvas.

Por esas circunstancias, desde las entidades viñateras sanjuaninas ya anticipan que el precio del kilo de uva básica en el 2023 será, de mínima, el doble de la cosecha pasada. Incluso alguna agrupación se juega que trepará a $100, lo que significaría una suba del 185% respecto a los $35 que se pagaron la temporada pasada.

Pero además, con una inflación galopante, que promete cerrar el año rondando el 100%, las entidades en forma unánime dicen que llegó el final para las cuotas fijas que implementan las bodegas para pagar la uva. Para el año próximo quieren cuotas que se actualicen al ritmo de la inflación.

Eduardo Garcés, presidente de la Federación de Viñateros, dijo que por el aumento de costos del productor, y por la merma que hay esta temporada, se debe pedir $100 por kilo de uva ""como mínimo". ""Hay un faltante terrible, una 56.000 hectáreas afectadas en todo el país por el clima", aseguró, y agregó que la entidad exigirá a las bodegas cuotas actualizadas para pagar la materia prima.

Juan José Ramos, desde la Asociación de Viñateros Independientes (AVI), estimó que en 2023 se cosecharán unos 400 millones de kilos de uvas menos que este año. ""Por el tema climático, de heladas, sequía, ola de calor habrá mucha merma", dijo el productor. Las estimaciones en esa entidad son que se recolectarán 1.500 millones de kilos de uva, de los cuales restando los destinos para pasas, consumo en fresco y mosto, quedarán 900 millones de litros de vinos en bodegas, para un mercado que consume 1.100 millones de litros entre mercado interno y exportación.

""Los productores van a pedir mínimo 70 pesos por kilo de uva, el doble de la última temporada. Y no van a querer vender sin cuotas sin indexar. Las bodegas tendrán que pagar de contado o actualizar las cuotas, y van a tener que entender por la inflación que hay", aseguró.

En San Juan la mayoría de los productores son pequeños y prefieren vender la materia prima antes que hacer vino o mosto a maquila como recomiendan las entidades del sector. La mayoría se vendió en cuotas, entre junio a noviembre, pero sin actualización por lo que el mes pasado los viñateros terminaron de cobrar la uva que vendieron en marzo a $35 el kilo. En la AVI calculan además que las uvas varietales también valdrán el doble de base: así, se puede esperar que una Chardonnay cueste $150 y una Malbec arranque en los $130.

Pablo Martín, desde la Mesa Vitícola, coincidió en que la próxima vendimia tendrá que haber actualización del precio que se pague en cuotas. Esa entidad hace años insiste en "dolarizar"el precio de la uva, teniendo en cuanta que en San Juan más del 50% se destina a mosto, un sector que está dolarizado. "Seguramente si la expectativa inflacionaria se mantiene alta, un índice de actualización deberá aplicarse, salvo que los plazos de pago sean cortos, de no más de 60 días", dijo. En cuanto a precios, dijo que hay que esperar a marzo del 2023 para saber "cómo estamos parados frente a la inflación", pero estimó que, de mínima, el precio base del kilo de uva debe ser el doble que la temporada pasada.

 

  • El interés de los bodegueros

Grandes bodegas como Peñaflor y Fecovita viene realizando acercamientos con los viñateros sanjuaninos, con encuentros y ágapes. Otras están enviando sus emisarios con el mismo objetivo: seducir y comprometer al productor para que les venda las uvas. En las entidades dicen que este año se anticiparon más que nunca a venir a buscar materia prima y están recorriendo las fincas.

""Yo estuve invitado a Resero, con 4 o 5 más de la Federación; por ese tema", dijo Garcés.

Ramos coincidió en que las bodegas grandes tienen mayor interés, porque tienen compromisos de exportación y saben que no habrá suficiente uva. "Este año los números de stock los aprietan y hay un panorama incierto. Además importar vino será difícil porque hay licencias no automáticas por el faltante de dólares en el país", añadió.

Por su lado, Martín agregó que bodegas como Arena está llamando por teléfono a productores, y Franalco y Los Haroldos se instalaron en Caucete con el mismo fin. ""Están tratando de asegurarse la materia prima en un año muy difícil de producción", aseguró.

  • Heladas tardías y olas de calor

Los viñateros esperan cosechar menos uvas y con menor peso que el año pasado. Es que la helada primero y las olas de calor que vienen desde mediados de noviembre, en conjunción con la sequía, impactaron negativamente en el crecimiento de la uva. En San Juan varios viñedos regados sólo con agua de canales (sin presurizado) muestran hojas amarillas por deshidratación, y la uva Superior quedó chica y no podrá destinarse a consumo en fresco, por lo que irá a pasas, con un ingreso menor para el productor. Los viñateros dicen que en San Juan está siendo peor la seguidilla de temperaturas extremas que se vienen registrando desde la segunda quincena de noviembre, que las heladas tardías.