Marcela Matus (38) es una luchadora con todas las letras, que a pesar que la vida le puso más de un desafío por delante, los supo sobrepasar y nunca resignó sus sueños. Sostén de familia y mamá de tres chicos -Matías (11), Hugo Ariel (9) y Marcos León (5)-, no le escapó a la responsabilidad y con una pequeña máquina de coser arrancó hace dos años y medio confeccionando ropa y luego, con ayuda del Estado, logró sumar una bordadora y tener su propio taller.

La decisión de emprender su pequeña empresa fue, en parte, por una cuestión familiar que era impostergable, como lo fue el cuidado de sus hijos. ‘Trabajaba en una empresa textil pero se me complicaba mucho con mis hijos porque eran muchas horas las que estaba ahí adentro. Yo me daba maña con la costura, había realizado varios cursos y bueno, decidí dejar la fábrica y arrancar con mi tallercito’’, contó Marcela, que dedica entre 8 y 12 horas al día a coser: ‘Hay veces que me piden de un día para el otro 10 remeras y me siento y no paro hasta terminar. Agradezco tener tanto trabajo y poder vivir dignamente de lo que hago’’.

Convencida que solamente con la maquina de coser no iba a poder brindar un buen producto, se dirigió al Ministerio de Desarrollo Humano y habló con el director de Desarrollo Local y Economía Social, Mauro Quiroga, quien le indicó los pasos para hacerse con una máquina de bordar. ‘Presenté el expediente y habrá pasado un año, más o menos, y me avisaron que ya tenía la bordadora’’, explicó. Marcela se emociona cuando sus hijos, en el momento que no están en la escuela y ven cómo trabaja hasta bien entrada la noche, le dicen ‘‘¿nosotros después vamos a tener esta empresa mamá?’’.