La situación de Garbarino es caótica y aunque trascendió que en las últimas horas los actuales dueños habrían recibido una propuesta de un nuevo interesado para vender la empresa, la solución no se vislumbra en el corto plazo.
En San Juan la firma tiene 46 empleados entre sus dos sucursales y ya suman tres los meses adeudados de sueldo, aguinaldo y también el pago de un bono acordado en las paritarias. Sí se liquidó un monto (22 mil pesos) del REPRO, un programa nacional destinado a sostener el empleo en sectores con dificultades económicas.
Además, se redujo la atención en horarios y personal. Desde hace un tiempo las sucursales locales sólo atienden de 9 a 14, de lunes a viernes. Los sábados la atención es nula y las persianas permanecen bajas.
En San Juan se decidió dividir a los empleados en tres grupos que van a trabajar de manera rotativa. Algunos trabajadores sostienen que se trata de una "suspensión encubierta" y reclaman una intervención y defensa más activa del Sindicato Empleados de Comercio para defender las fuentes laborales.
El panorama de San Juan se repite en todo el país y ayer la protesta y desesperación de los empleados llegó al mismísimo obelisco donde los carteles de #GarbarinoNoPaga coparon la escena.
Profunda crisis
En tiempo de descuento, Carlos Rosales, propietario del grupo, negocia el ingreso de potenciales socios que inyecten capital que alivie su crítica situación financiera. El empresario intenta salvar a la empresa, con 70 años de historia, de una posible convocatoria de acreedores, mediante la incorporación de inversores, a cambio de un porcentaje accionario.
Tras rechazar la oferta de compra que propuso Facundo Prado, dueño de la firma de telecomunicaciones Supercanal Arlink, en el entorno de Rosales aseguran que mantiene conversaciones con dos interesados, con los que se firmó un acuerdo de confidencialidad. Uno de ellos es una compañía de e-commerce estadounidense.
En la vía judicial, Garbarino acumula más causas. Al pedido de quiebra que presentó la financiera Credibal en junio, se suman a la lista demandas de Aerolíneas Argentinas y Boca Juniors, con reclamos por saldos deudores correspondientes a millas y publicidad impaga, que radicaron en la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Comercial.
También le inició una acción Sygnus Suite Argentina, una firma dedicada al diseño, la instalación y el mantenimiento de sistemas informáticos. Según la denunciante, Garbarino asumió la obligación de pagar el precio del soporte mensual del servicio, pero Sygnus no pudo cobrar el cheque electrónico por falta de fondos disponibles en la cuenta.
Con el paso del tiempo, las deudas crecen. Garbarino acumula 3303 cheques rechazados por más de $ 4753 millones, según la Central de Deudores del Banco Central (BCRA).

