El mensaje del presidente del Banco Central fue claro y contundente: hay que tranquilizar a depositantes y ahorristas para lo cual les pido toda su colaboración.
Fue en el comienzo de la reunión extraordinaria de ayer domingo 1°de septiembre a las 16 horas en el Banco Central. Estaba el directorio de la entidad a pleno y los banqueros demostraron asistencia perfecta. La expectativa sobre el impacto de las nuevas medidas cambiarias cruzó el encuentro donde quedó en claro el objetivo común para la reapertura de los mercados después de un jueves y viernes de retiro sensible de depósitos en dólares.
El objetivo de las medidas del Central fue claro: que ingresen más dólares a las reservas provenientes de exportaciones al acortar a 5 días el plazo de liquidación. Y acotar la salida de divisas poniendo el límite de US$10.000 mensuales para los particulares.
Pero en el núcleo de las medidas anunciadas por Guido Sandleris, y en las que se concentraron los banqueros, reside un punto sensible: desde hoy todos los ahorristas que depositaron dólares en el sistema financiero tienen la posibilidad de llevárselos. No hay restricción al uso de los dólares que ya están en los bancos.
Y para eso, entre otras medias, se dispuso la ampliación hasta las 17 del horario de atención bancaria y las entidades instruyeron ayer a su personal para que agilicen los trámites desde hoy para todos los depositantes que quieran hacerse de su dinero.
Desde el lado del Gobierno, las medidas de ayer (acortar plazos de liquidación y limitar a diez mil dólares las compras mensuales de las personas) se suman a las anunciadas por el ministro de Hacienda, Hernán Lacunza, de “reperfilar” parte de la deuda de corto plazo, que no es otra cosa que postergar los pagos y, por tanto, cuidar los dólares.
Minutos después de asumir (aunque parezca lejano fue hace sólo 11 días), Hernán Lacunza anunciaba que el principal objetivo de su gestión sería estabilizar el precio del dólar. Vendieron muchas divisas pero el dólar mayorista subió casi 9 % desde aquel momento.
A esas ventas en el intento de serenar las aguas cambiarias le siguió la decisión de “reperfilar” parte de la deuda manteniendo el objetivo de resguardar las reservas para insistir en estabilizar al dólar. Pero, en un esquema de sábana corta, las divisas empezaron a escurrirse por la demanda de ahorristas asustados que temen por la seguridad de su dinero.
Los depósitos en dólares tienen una particularidad y es que ese dinero o bien están encajado en el Banco Central o fue prestado a empresas que generan dólares y, por tanto, los devuelven en dólares. En esta ocasión, a diferencia de 2001, no hay riesgo de “descalce” de moneda. Visto en forma global, el sistema actúa con una garantía casi total. Sin embargo los depositantes tienen dudas.
La etapa que comienza hoy es inédita en el sentido de que arranca con la decisión del Gobierno y los banqueros de ratificar que los depósitos están a su entera disposición. Sabiendo que el Banco Central hará un esfuerzo importante para tranquilizar a los tenedores de pesos (las tasas seguirían en niveles altos) y a los de dólares respecto a que buscarán mantener fijo al dólar tras un salto de 31,5% después de las PASO.
El intento de calmar a los depositantes será desde hoy la tarea más importante en materia financiera del Gobierno y los bancos. Y demostrar que, si los van a buscar, los dólares están, será el bálsamo más eficiente.