En San Juan está prácticamente terminada la cosecha de tomates para industria y los productores locales están disconformes con los primeros precios que asoman por la materia prima que entregaron a la industria porque no compensan los costos que demandó la producción. Un par de fábricas mendocinas -Molto y Baggio- fueron las primeras en dar a conocer el precio de 1,75 pesos por kilo de tomate cosechado, valor que supera en sólo 6% a los $1,65 que se pagaron en la temporada 2017, según informaron productores y fuentes del sector. Si bien el precio definitivo se conocerá en unas semanas, cuando fije el valor de referencia la fábrica local La Campagnola (Arcor) que absorbe casi la mitad de la producción local, entre los productores hay gran incertidumbre y temor por los bajos precios que está visibilizando el mercado, más aún en el actual contexto de crisis por el dólar y la inflación. Prácticamente la otra mitad de la producción de tomate perita sanjuanino se va a las fábricas mendocinas por la falta de infraestructura local para su procesamiento.
“”Por lo menos tendría que ser un mínimo de 2 pesos”, lamentó Guillermo Quiroga, titular de la Asociación Tomate 2000, entidad integrada que reúne a tomateros, industriales y organismos técnicos. “”Y ese valor también es bajo porque no alcanza a cubrir el incremento de costos del 2017 y esta año ya hemos vistos incrementar energía y combustibles”, se quejó. Agregó que se hará “muy difícil” poder hacer una chacra la próxima temporada, y advirtió que hay muchos productores que están analizando si van a volver a plantar tomate el año próximo “porque los costos han subido muchísimo, y los precios no están acompañando”. José Luis Martín, un conocido productor pocitano, dijo que algunas firmas de la vecina provincia incluso han pagado $1,60 el kilo a sus clientes y prometen un reajuste de 15 centavos “”que recién terminan pagando cuando firmás los contratos para el próximo año”. Martín consideró que ante la escalada que han tenido los precios de los agroquímicos, las semillas y toda la maquinaria que usa esta cadena -todos insumos importados por lo tanto, que se mueven al ritmo del alza del dólar- el precio que están pagando las fábricas es insuficiente.
Rolando Pérez, presidente de la Cámara de Producción, Empaque y Comercio de Pocito (CPEC) que nuclea a los tomateros de esa zona, dijo que reina la incertidumbre por el precio que se termine fijando en la provincia, aunque se mostró esperanzado en que como el producto está ligado al dólar -porque una porción del consumo del país debe importarse porque no alcanza la producción nacional- eso termine traccionando a un alza de precios al productor. “”El tomate importado será más caro y eso puede tonificar el precio de nuestro producto”, opinó.
En cuanto al volumen, este año será levemente inferior al 2017 -en algunos sectores hablan de una merma del 20%- y con menor rinde por hectárea, debido al impacto de vientos y granizo.
Pero en lo que están todos de acuerdo es en que el clima no afectó la calidad de la producción. Los productores aseguran que los tomates que salieron de las chacras sanjuaninas fueron de alta sanidad y que las fábricas “”están moneando” con la materia prima que compraron en San Juan.
Otro aspecto que destacan es el crecimiento de la mecanización integral en el cultivo, con un alto porcentaje de cosecha mecánica esta temporada lo que aseguran que convierte al cultivo en más eficiente.
Fábrica estatal
Los productores marcaron la necesidad de la concreción de la fábrica estatal de tomate. Fuentes oficiales informaron que se está preparando una nueva licitación luego que el primer llamado resultó desierto. De unas 2.000 hectáreas que se producen en San Juan, más de 1.000 se van a procesar en Mendoza.