Luego de 11 meses el Gobierno nacional sacó a los vinos del listado de Precios Máximos que mantenía prácticamente congelado el precio, y las bodegas en San Juan ya empezaron a aumentar las listas de sus productos con subas que oscilan entre el 10 y hasta el 20%, según un sondeo realizado en el mercado. En el sector ya hay algunas voces que advierten que el encarecimiento puede frenar el consumo que logró una racha positiva durante la pandemia. En Bodegas de Argentina reconocieron que si bien hay libertad de aplicar incrementos de precios tras el deslistamiento de los vinos y espumantes del programa, recomendaron a través de un comunicado a sus asociados que los aumentos no superen el 7% en supermercados y mayoristas nacionales. Mario Pulenta, presidente de la Cámara de Bodegueros de San Juan, que es socia de esa entidad; dijo que el nivel de los aumentos dependen de la política comercial de cada bodega y anticipó que las bodegas "van a tratar de subir lo menos posible y de la forma más escalonada que puedan". Pero ya hay bodegas que retocaron un poco más porque aseguran que se han quedado atrasadas frente a la inflación. Augusto Berzencovich, desde una tradicional bodega de San Martín dijo que ha aplicado un aumento del 10% a las cadenas, y lo justificó porque dicen que desde marzo de 2020 el Gobierno permitió dos alzas del 4% y del 6%, frente a una inflación del 35%. Mauricio Colomé, gerente de otra clásica bodega caucetera indicó que van a incrementar 10% el precio de sus productos desde el 15 de marzo porque en el establecimiento prefieren "defender el precio que vender sin rentabilidad". Hugo Ugarte, referente entre las vinotecas locales, dijo que los negocios del rubro ya están comprando con precios nuevos "la mayoría al 10%, pero también varias subieron al 20%. Mencionó varias bodegas de Mendoza como Cabrini, Las Perdices, Rutini, Catena Zapata, Luigi Bosca, además de otras locales como Putruele, Aguma, Casa Montes y Bórbore. Sergio Villanueva, gerente de Unión Vitivinícola; le pareció lógico el ajuste ante los incrementos de combustibles, envases de vidrio y cajas de cartón; además del incremento del 100% que tendrá este año el kilo de uva. Pero algunos ya encienden las luces de alarma y advierten el impacto que esto traerá a las ventas. Marcelo Ureta, gerente del Consejo y Centro de Enólogos; opinó que si traslada por ejemplo todo el aumento de la materia prima al precio final "será un desastre, va subir el doble o triple el vino en góndola y caerá el consumo", vaticinó. Angel Leotta, desde la Cámara Vitivinícola estimó que será difícil encontrar un equilibrio entre la necesaria actualización del precio y el consumo. "Hay que tener cuidado porque no sé si el consumidor lo va a aceptar, va a poder absorber la barbaridad que han subido todos los insumos", dijo. Agregó que cuando se aumenta 5 pesos una botella, la demanda se retrae inmediatamente, y pronosticó que el consumo ya no será el mismo. Al respecto, Villanueva consideró que todos van a querer mantener sus niveles de venta, "no creo que vaya a haber locura en los aumentos".

Mercado interno

El 2020 cerró con un repunte en el consumo de vinos en el mercado interno del 6,5% respecto del 2019, es decir, 57 millones de litros más que el año anterior, una buena noticia teniendo en cuenta las bajas que había tenido el consumo en años anteriores. Según publicó el Laboratorio estadístico del Instituto Nacional de Vitivinicultura, la caída en el consumo se había acentuado a partir del año 2016, agravándose en el 2018 donde se tocó la menor cifra histórica de 18,7 litros per cápita. Pero durante el 2020 las cosas cambiaron y el consumo per cápita alcanzó los 21 litros. Lo que más se vendió fue el vino tinto.