Buenos Aires, 26 de marzo.- Las cadenas de supermercados pondrán a disposición de sus clientes la tarjeta SuperCard, que será emitida por los propios establecimientos comerciales y cobrará una comisión del 1 por ciento.
Así lo aseguró el director ejecutivo de la Asociación de Supermercados Unidos (ASU), Juan Vasco Martínez, tras un encuentro con el secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno, en el que participaron representantes de las principales cadenas supermercadistas.
La tarjeta estaría en circulación a partir del próximo mes y los supermercados constituirán una sociedad para emitirla, agregó el directivo en declaraciones a la prensa tras el encuentro. Los consumidores podrán obtenerla en forma gratuita a través de un trámite simple, presentando el DNI y/o recibo de sueldo o el comprobante de un servicio público.
La tarjeta contemplará una comisión del 1 por ciento, que deberá ser afrontada por los supermercados, y ofrecerá una tasa de hasta el 22 por ciento de interés anual para los saldos financiados por el consumidor.
La SuperCard será el plástico que emitirán los grandes establecimientos comerciales para bajar las comisiones que pagan por las ventas con tarjetas.
Los supermercadistas señalaron que "el 3% de comisión (que se reparten entre las tarjetas y los bancos emisores) es altísimo", con lo cual se apuntó a una tarjeta cuyo uso no tenga un costo mayor al 1%.
Se trata de condiciones que mejorarán los intereses que actualmente cobran los bancos con sus tarjetas tradicionales, que se ubican en el 3 por ciento para las comisiones y hasta el 45 por ciento anual para los saldos financiados.
Los supermercadistas deberán ahora trabajar sobre los requerimientos jurídicos para lanzar el plástico y esperar que se conforme el fideicomiso que respaldará el financiamiento de los saldos a los consumidores.
Ese fideicomiso será conformado con dinero que volcarán las empresas aseguradoras, en el marco del nuevo plan nacional estratégico del Seguro 2012-2020, que contempla también un proyecto de reforma de la ley de Oferta Pública del mercado de capitales.
Las aseguradoras cumplirán así con el "inciso K" del punto 35 del reglamento general de la actividad aseguradora, que las obliga a invertir entre un 10 y un 20 por ciento del total de las inversiones (excluidos los inmuebles) en instrumentos que financien proyectos productivos o de infraestructura.
En paralelo, las principales cadenas supermercados formarán una sociedad responsable de la emisión de la denominada SuperCard, la cual finalmente no será excluyente, a contramano de lo que pretendía el Gobierno.
Las tarjetas tradicionales podrán coexistir con el flamante plástico, pero los supermercadistas ya advirtieron que ellos elegirán a cuál instrumento darle prioridad para las ventas según los costos de cada uno.
"Esto nos obligará a que (la tarjeta) sea excluyente porque va a tener condiciones muy diferentes a los plásticos tradicionales: los consumidores elegirán y tomarán sus decisiones, pero nosotros también podemos tomar nuestras decisiones", dijo Vasco Martínez.
Como la emisión de los plásticos llevará un tiempo, los supermercados podrán comenzar a tomar los datos a los clientes (con documentación como DNI y recibo de sueldo) y estos podrán iniciar sus compras financiadas sólo firmando el ticket.
"El negocio es sostener un determinado esquema de precios para sostener el consumo", dijo el director ejecutivo de la Asociación de Supermercados y dijo que la baja de las comisiones servirá para contrarrestar el impacto del congelamiento de precios.
Los supermercadistas señalan que las "excesivas comisiones bancarias afectan la competitividad de los que trabajamos en blanco, con respecto a los que no lo hacen".
Esos valores influyen en el precio de los productos, por lo cual los bancos, que son los que tienen el parque de tarjetas utilizadas por los consumidores, "tendrían que revisar su negocio".
"Es importante, en este proceso que estamos viviendo, donde se busca morigerar el alza de precios, que todos hagan su aporte", consideraron.
Esto es "que el canal financiero no tenga tanta participación en las ventas de los supermercados".
Otro impacto financiero soportado por las cadenas minoristas se vincula a las altas tasas que cobran las tarjetas de crédito en las ventas de electrodomésticos a plazos de 12 o 24 meses.
"Los intereses que cobran los bancos son mucho más altos que los que deben pagar sus clientes directos por los préstamos recibidos", cuestionó el empresario consultado.