Frente a una temporada de verano que se anticipa como otra vez seca según los cálculos que hacen en el Departamento de Hidráulica, alrededor de la mitad de los clubes que funcionan en la costa del Dique de Ullum, que en total suman 8, están en duda sobre funcionar o no el próximo verano. Es porque las actividades en el agua estarán muy limitadas y varias instituciones ni siquiera tienen piletas para ofrecer como alternativa para sus visitantes. "Hay incertidumbre sobre lo que vamos a hacer", sostuvo Gustavo Mulet, presidente del Club de Vela y Remo y titular de la Cámara del Perilago del Dique de Ullum.

Las instituciones que han venido funcionando en los últimos años son los clubes Bosque del Dique, Palmar del Lago, el complejo de la UNSJ, Del Bono Beach, Náutico, Vela y Remo, Playa Hermosa y Punta Tabasco. Este último estaba cerrado, pero desde el verano pasado, en acuerdo con el Club Banco Hispano, reabrió la atención al público. Pero no todos tienen, por ejemplo, piletas para ofrecer a los visitantes, y si el nivel del agua sigue descendiendo se va a complicar que la gente pueda acceder al espejo de agua.

Como no sé qué pasará, las instituciones no han definido el valor de las entradas

El director de Deportes Náuticos y Recreativos, Jorge Maldonado, dijo que ahora toda la actividad está autorizada y que la decisión de abrir o no las puertas es de cada institución. Esta área, que depende de la Secretaría de Estado de Deportes, es la que habilita o no las actividades en el espejo de agua.

Si un club decide habilitar una playa tiene que colocar boyas en la zona y contratar guardavidas que hayan realizado la capacitación correspondiente. Y el ingreso de cualquier tipo de embarcación a las aguas del dique también tiene que contar con la habilitación correspondiente.

Sucede que, si el nivel del embalse desciende aún más, en los clubes analizan que tanto poder nadar o realizar actividades náuticas se va a complicar y por eso dudan en qué hacer. Y la inversión que tiene que realizar cada institución es importante.

"Que vamos a tener poca agua ya lo sabemos, pero todavía no tenemos un panorama definido", expresó Mulet.

Este panorama incierto trascendió después de que el jueves de la semana pasada se conocieran las cifras del volumen de agua pronosticado por Hidráulica para la temporada octubre 2021/septiembre 2022, que será de tan sólo 450 hectómetros cúbicos, por las pocas nevadas registradas en la cordillera durante el invierno.

Algunos clubes sólo admiten socios y otras reciben visitantes tras el pago de una entrada.

El pronóstico hídrico elaborado por el equipo de Estudios Hidrológicos del organismo, y tal como anticipó DIARIO DE CUYO, es el peor de la historia, y alcanza sólo para un tercio de la demanda óptima de la provincia, calculada en unos 1.200 hm3, según los números que se han venido manejando y que reflejan las necesidades de consumo humano y riego agrícola en San Juan.

Si bien algunos clubes tienen piletas, el espejo del lago es el principal atractivo para quienes optan por concurrir al lugar. El verano pasado, después de la pandemia, la actividad comenzó a retomarse y otra vez el Dique de Ullum se convirtió en una alternativa para disfrutar en el verano.

Los clubes ofrecen zonas de parrilleros, sanitarios y la posibilidad de acceder a un sector boyado. Y algunos tienen piletas, pero no todos. El problema son los preparativos y después el mantenimiento de la infraestructura de cada lugar.

Por ahora, según dio a conocer Mulet, tampoco están organizando ninguna actividad que demande la participación, por ejemplo, de una gran cantidad de embarcaciones en el agua, como ha ocurrido otras temporadas.

 

Las piletas, también complicadas

Los clubes que tienen piletas de natación en el Gran San Juan también están preocupados. Sucede que por la sequía se están secando los pozos que estas instituciones utilizan para llenar los reservorios y creen que deberán trabajar en las perforaciones, lo que implica conseguir los permisos pertinentes y además afrontar elevados costos, puesto que en el sector indicaron que un metro de perforación cuesta entre $35.000 y $40.000.

Habitualmente, la temporada de piletas comienza entre octubre y noviembre, aunque en 2020 y por la pandemia fue a fines de diciembre, tras la aprobación de un protocolo. Sin embargo, este año la problemática pasa por la crisis hídrica puesto que los niveles de las napas freáticas cada vez están más bajos y los pozos tienen poca agua.

Según un informe publicado por este diario, los clubes, para llenar sus piletas, extraen el agua a través de bombas, pero necesitan entre 10 y 15 metros de líquido por encima de lo que se denomina nivel dinámico para funcionar con normalidad, de lo contrario corren el riesgo de dañar las bombas (una reparación de bomba puede tener un costo casi millonario, dijeron). Así, los directivos de diferentes instituciones están realizando mediciones en las perforaciones pero las evaluaciones parciales son más que preocupantes. Y por eso la duda sobre el futuro en este sector, que mueve una gran cantidad de asociados.