El escenario vitivinícola regional comienza a transitar dos semanas claves que jugarán fuerte en el mercado de vinos y mostos. Es que pasado mañana, el INV dará a conocer, junto con el informe final de cosecha, la fecha de liberación de los vinos nuevos (seguramente se mantendrá el criterio de que el 1ro de junio habrá bandera verde, máxime con volúmenes acotados); la determinación del grado alcohólico (técnico, diferenciado por zona y color, cuidando que no deja afuera muchos volúmenes de San Juan y el Este mendocinos); la norma que establece el mínimo de color para los tintos (habrá más exigencia, es decir se necesitarán vinos más coloridos para mejorar los tintos promedio) y finalmente, los registros de despachos de abril (muy en baja, influenciados por la baja de fraccionamiento de RPB y Peñaflor).

Todos estos datos agregarán complejidad al análisis de los especialistas y moverán el mercado, cuyos precios asoman estables y con sus operadores a la expectativa. Según una resolución del 2008 del Instituto, "los vinos tintos nacionales que se liberen al mercado interno, solo se los podrá identificar como tales cuando tengan un índice de color igual o superior a las 500 unidades, con una tolerancia en su circulación de hasta un 10% en menos", reza la norma. Por cierto, habrá presión sobre el precio de los vinos tintos (uno de 500 unidades de color se vendía esta semana alrededor de 1.20 el litro). Que la cosecha 2009 es la menor de los últimos años es información a esta altura conocida -30 % menos en promedio regional- pero si a ese dato se le suma que se especula con una existencia muy acotada de vinos y mostos para el 2010 (llegaría raspando a los 4 o 5 meses de stock técnico) y que además se ha elaborado más vino blanco que tinto, las 500 unidades de color como base mínimo para los tintos presionará hacia arriba a los precios. En el fragor de las operaciones, hasta la semana pasada hablar de tintos genéricos -entre 500 y 600 unidades de color- implicaba disponerse a pagar por arriba del $1,20, si la calidad supera la habitual, ya hay que pensar en entre $1.30 y $1.40 por litro. Los blancos escurridos -"viejos" se supone- estaban levemente por debajo de 1 peso el litro y el mosto sulfitado se movía en la franja de 90 a 98 centavos según la densidad azucarera.

Abril desnudará el miércoles una cruda baja en los despachos, respecto a igual mes del año pasado. Sin embargo, en los números hay factores que permiten deducir que no toda la baja de los registros es caída de consumo popular. Es que por problemas de variada índole, 2 de las 3 más grandes fraccionadoras -RPB y Peñaflor- redujeron ese mes casi un 50 % sus fraccionamientos y por ende sus compras. Marzo había cerrado en alza, de manera que pese a las duras cifras de abril, el cuatrimestre cerrará en baja pero moderada, según se anticipa en los pasillos del Instituto. De todas maneras, lo evidente es que el consumo nacional viene en disminución moderada pero constante y las exportaciones a granel siguen por el piso (las de botella están en meseta de equilibrio).

Este miércoles, en el cuarto piso del INV se anunciará además la fecha de liberación de los vinos nuevos. Si la concepción no ha variado, es decir, que el vino se puede vender cuando está enológicamente estable, cabe suponer que se va a sostener la misma fecha que el año pasado (primeros días de junio).