Durante las primeras semanas de marzo de 2010 se habría concretado la venta del 50% del paquete accionario del Grupo Peñaflor a un fondo de inversiones controlado por la familia Bemberg, según informaron ayer fuentes calificadas del negocio vitivinícola. La noticia generó ayer un fuerte revuelo en el mundillo de la vitivinicultura local, dada la importancia y tradición que representa la firma Peñaflor para los sanjuaninos.

Desde hace tiempo que los ex dueños la cervecería Quilmes intentan incursionar en el mercado vitivinícola: En 1996 inició gestiones para quedarse con parte del control de Peñaflor, un negocio que finalmente no se concretó. Ahora, si bien no ha habido una comunicación oficial, en el mundo vitivinícola ya se habla de "la operación comercial del año en el mundo del vino" y dan por sentado que los americanos de DLJ Merchant Banking ya habrían vendido a Bemberg Inversora S.A. (BISA), la mitad de su control accionario sobre el Grupo Peñaflor.

El monto de la operación tampoco ha trascendido pero se especula que rondaría los 300 millones de dólares. Otro de los datos claves sería que dos de los CEO que acompañaron al Grupo Bemberg cuando controlaban a la Cervecería y Maltería Quilmes -Agustín García Mansilla y Néstor del Campo- vuelven con BISA al mundo de las bebidas, pero esta vez en el vino. De esta manera, DLJ Merchant Banking y Bemberg Inversora SA (BISA) manejarán un prolijo control 50/50 de bodegas como Trapiche, Santa Ana, Finca Las Moras, El Esteco, Michel Torino y Andean Viñas..

El grupo de la familia Bemberg se desprendió del 37% de las acciones de la cervecería Quilmes a fines del 2006 y las vendió por 346 millones de dólares al Grupo Ambev, de capitales brasileños y belgas, propietarios de la marca de cerveza Brahma. El grupo es uno de los principales inversores en el sector eléctrico argentino y desde hace unos años también incursionan en minería, a través del control de Patagonia Gold (PGSA). La Asociación entre esa compañía y Fomicruz dio origen a la firma Yacimientos Mineros de Santa Cruz, de la cual PGSA poseerá el 90% de las acciones y la compañía provincial el restante 10 por ciento.

La incursión de dos ex hombres fuertes de la cerveza genera entendibles expectativas en el mundo de la vitivinicultura a sabiendas del buen manejo que tuvo -y tiene- Quilmes de su comercialización y fundamentalmente estrategia de marketing, que tan buenos réditos le da a la cerveza en detrimento del vino, especialmente el blanco.

Un importante hombre de la industria vitícola sanjuanina -quien no estaba al tanto de la operación- dijo que "en el caso que se confirmara la llegada de esta gente (por la familia Bemberg) creo que podría darle una impronta distinta al sector, aunque no creo que nada se pueda hacer de un día para el otro y menos en la vitivinicultura", destacó.

Otros creen que será poco lo que puedan cambiar los nuevos inversores, dada cuenta la tradición que tiene la firma Peñaflor y la forma de llegar al cliente que ha entablado por décadas. Por su parte, Angel Leotta de la Cámara Vitivinícola de San Juan, que también mostró su asombro por la noticia, señaló que "la experiencia de la familia Bemberg seguramente aportará cosas interesantes para el grupo Peñaflor, pero de todas formas siempre esta empresa hizo muy buena publicidad".