Luego de que fracasaran las negociaciones de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) con Rusia para apoyar los precios, el barril del Brent para la entrega en mayo cayó un 9,4% este viernes, la variación diaria más negativa desde diciembre de 2008. De esta manera, el precio en Londres se situó en 45,56 dólares.
Paralelamente, en Nueva York, el barril WTI para abril se hundió 10,1%, hasta los 41,28 dólares, su peor registro desde agosto de 2016.
La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y su principal aliado ruso no lograron el viernes llegar a un acuerdo para recortar la producción y detener la caída de los precios del crudo afectados por la epidemia del nuevo coronavirus.
"A partir del 1 de abril, teniendo en cuenta la decisión tomada hoy, ningún país, ni de la OPEP, ni de la OPEP+, está obligado a reducir la producción", declaró el ministro ruso de Energía, Alexandre Novak, a los periodistas tras largas negociaciones en Viena.
Durante estas reuniones, Rusia rechazó la oferta de la OPEP de recortar adicionalmente 1,5 millones de barriles diarios hasta el fin de 2020.
Los ministros de los 23 países productores, encabezados por Arabia Saudita y Rusia, abandonaron en orden disperso la sede de la OPEP donde estaban reunidos desde el jueves tratando de lograr un acuerdo. Y contrario a lo habitual, no ofrecieron conferencia de prensa.
La OPEP hizo todo lo posible para convencer a su aliado ruso de bajar de forma más drástica la producción de petróleo, con la esperanza de parar la caída de los precios acentuada por la epidemia de Covid-19.
El cartel proponía a Rusia y a sus otros nueve socios un recorte colectivo adicional de 1,5 millones de barriles diarios para no dejar que la epidemia arruinara los dolorosos esfuerzos hechos desde 2017 para mantener los precios del crudo en un mercado donde hay un exceso de oferta.
Deseosa de enviar una señal fuerte a los mercados, la OPEP decidió inclusive ampliar el periodo de esta limitación hasta fines del 2020, en vez de los tres meses suplementarios inicialmente contemplados.
"Un fracaso en lograr un acuerdo haría caer los precios del petróleo al abismo", advirtió Stephen Brennock, analista para PVM. Para los analistas de JBC, la reunión del viernes era "uno de los días más importantes en los casi 60 años de historia de la OPEP" .
Según los medios rusos que citaban el viernes a la delegación presente en Viena, Rusia no estaba convencida en un recorte adicional de la producción y deseaba simplemente prolongar el acuerdo en vigor.
Se iniciaron entonces arduas negociaciones en la mañana en la sede del cartel, donde la reunión principal entre ministros y delegaciones de la alianza conocida con el nombre de OPEP+, que cuenta con 23 países, fue retardada y precedida de encuentros bilaterales.
Desde inicios de 2017, los miembros de la OPEP+ ya se habían comprometido a la retirada del mercado de 1,2 millones de barriles diarios. En diciembre pasado, la alianza incrementó esta reducción de 500.000 barriles mientras Arabia Saudita retiró, a título individual, 400.000 barriles más.
Un nuevo ajuste severo parecía aún necesario: los ingresos petroleros sufren un importante freno a causa de la epidemia de Covid-19 en la economía China, primer importador mundial de oro negro.
Para tratar de convencer a sus aliados, la OPEP proponía que solo asumieran una tercera parte de todos los nuevos recortes, o sea 500.000 barriles diarios.
Rusia, segundo país productor mundial de crudo después de Estados Unidos y delante de Arabia Saudita, elaboró sus presupuestos con un barril de Brent a 42,4 dólares y reitera que está satisfecho con los precios actuales.
Para las grandes empresas rusas del petróleo, cada barril retirado del mercado implica una caída de los ingresos, además del riesgo de ceder partes de mercado a Estados Unidos, que inunda el planeta con su petróleo de esquisto.
"Rusia tiene por costumbre ser prudente sobre los compromisos de recortes suplementarios y la nueva cifra (de recorte) es algo difícil de aceptar" , había indicado Stephen Brennock de PVM.
"Los rusos pueden vivir con un barril a 40 dólares y parece que están dispuestos a soportar precios aún más bajos a corto plazo", señaló Edward Moya, analista de Oanda.