Cuando ya no quedan muchas botellas de aceite de oliva en la provincia, el sector olivícola hace un balance y puede decir que terminó la campaña de ventas mejor de lo que empezó. Es que en septiembre, cuando comenzaron a exportar, la tonelada de aceite extra virgen estaba a 2.800 dólares pero en las últimas semanas ese valor repunto a 3.200 dólares, según explicó Analía Mingorance, presidenta de la Cámara Olivícola.
Es decir que en 6 meses el valor de su producción se incrementó en 14% en dólares y cerca del 80% en pesos, porque el sector se vio favorecido por el fin del cepo en diciembre.
‘Esa era la queja que tenían todos los productores porque le liquidaban las ventas a un dólar oficial y a la hora de pagar los insumos debían hacerlo al valor del dólar paralelo de ese momento’, indicó la titular de la Cámara. El sector olivícola no sólo tiene buen presente sino que también esperan un mejor futuro a causa de la escasez que se registra a nivel mundial por las malas condiciones de producción a causa del clima que tienen en alerta a Europa (ver aparte).
Si se realiza la comparación en pesos, de lo que se guardaba en el bolsillo el exportador al comienzo de la campaña con lo que le representó a la hora del cierre, la diferencia es aún mayor que en dólares. El aumento se dio luego de que Mauricio Macri anunciara un dólar único que comenzó a elevarse desde fines del 2015. Por este motivo, en septiembre un empresario cobraba por cada dólar $9,35 y su monto escaló hasta los $15 a fines de febrero. Por ende, en las condiciones del año pasado el productor recibía en su bolsillo $26.180 por una tonelada de aceite que exportaba a U$S 2.800. Por la misma cantidad vendida después del fin del cepo pasó a recibir $48 mil, hasta un 83% más de lo que cobrara al principio de las exportaciones – a U$S 3.200 la tonelada-. ‘Ahora está bueno porque cambió, y a la hora de liquidar se traduce el mismo precio del dólar de los materiales’, señaló Mingorance. También es una realidad que los precios de los insumos han aumentado. Por ende si bien ingresa más dinero al bolsillo de los exportadores, deben gastar más. Pero ya no es la desigualdad que se presentaba hasta el año pasado cuando los insumos subían y lo que ellos cobraban por la aceituna -de conserva o de aceite- no se incrementaba en la misma medida.
Además, todo parece indicar que para la próxima temporada contarán con la suerte de que los europeos estén con pocas provisiones y tengan que salir a comprar a otros países. Esto ‘por supuesto que genera buenas expectativas y esperamos vender más porque nosotros siempre dependemos de las cosechas de los españoles y si hay una disminución de producción en esos países puede hacer que el aceite aumente’, aseguró Mingorance. De todas maneras los productores de aceite de oliva son cautos ya que el año pasado esperaban mayor demanda desde Europa y no ocurrió así. Es parte de su estrategia de mercado, según explicaron, debido a que pueden guardar el aceite por dos años y a veces lo hacen porque saben que así van a hacer subir el precio. Este mecanismo de especulación hace ilusionar a los productores locales, pero a la vez prefieren esperar a más adelante para dar cifras, cuando el pedido europeo sea un hecho y se confirme el precio de ese momento.
Mercado interno
Si bien fuera del país han pasado a cobrar más por la tonelada de aceite, la realidad nacional es diferente. El precio por ingresar a las góndolas se ha mantenido igual que septiembre. Los aumentos en la venta al público corren por cuenta del supermercadista y eso no se traslada en un aumento al productor, explicaron.