Recientemente la firma productora y exportadora de uva de mesa Expofrut, de capitales belgas, con fincas y frigorífico en la provincia, anunció que invertirá 6 millones de dólares en los próximos 5 años para reconvertir y modernizar sus parrales de uva propias en Albardón y Carpintería con nuevas variedades y tecnología que aumente los rindes por hectárea. Una buena noticia para el sector de la uva en fresco que en estos últimos años entró en crisis debido a la baja rentabilidad debido a dos causas bien marcadas: baja productividad por hectárea y la obtención de bajos precios por la regular calidad con que llegaba a los exigentes y competitivos mercados.
Medianos productores y las empresas de la Promoción Agrícola que se radicaron en la provincia, iniciaron a fines de los ’80 y comienzo de los ’90 una etapa de inversión en miles de hectáreas bajo riego, galpones de empaque y frigorífico, Se daba inicio a uno de los rubros de diversificación de usos de la uva más importante. La provincia de San Juan pasaba a ser la principal productora del país, siempre teniendo como modelo a imitar a Chile, el principal exportador de uva del mundo.
Si bien las variedades utilizadas y el clima ayudaban para ser una importante zona primicia del Hemisferio Sur (desde fines de noviembre hasta fin de año donde se pagan altos precios), algo fundamental falló en el negocio debido a que nuestra uva nunca tuvo el salto de calidad que le diera la rentabilidad que la inversión ameritaba. Mucho trabajo, muchas exigencias y poca plata de retorno afirmaron los productores que fueron mostrando su descontento a tal punto que mucha de esa uva se comenzó a destinar al sector de pasas de uva con menos trabajo, riesgo y mejores precios.
Suplemento Verde de DIARIO DE CUYO publicó notas donde se mostraba la mala calidad con la que llegaba la uva sanjuanina a los mercados de China u Hong Kong: uva descolorida, bajo calibre y manchada quedaba con mala apariencia ante la uniforme, crocante y buen tamaño de la uva chilena y australiana. Sin duda eso se pagaba a bajo precios. Así no hay vuelta que darle.
Algo hicimos mal y no tenemos tiempo ni plata para volver a equivocarnos. Algo quedó claro, producir uva exportable no es para cualquiera. Debemos aprender y mucho.
LO QUE SE VIENE
En el Simposio Internacional de Uva de Mesa y Pasas realizado recientemente en San Juan, el ingeniero chileno Oscar Salgado fue muy claro en varios conceptos que aquí transmito. En los ’80 había un tipo de cambio, mano de obra ’competitiva’ y una contra estación que permitía venderle fruta al Hemisferio Norte. Las tres columnas principales de varias industrias de exportación de productos frescos en el mundo.
En los años 80 y 90 sólo Chile, Sudáfrica, Estados Unidos, Norte de África, la Europa mediterránea, Australia y Argentina eran los únicos productores. Ese escenario cambió. Aparecieron México, Brasil, Perú, Bolivia, Colombia, China, India, Turquía Namibia, Ucrania, Grecia, Egipto entre otros. La producción se trasladó hacia zonas de clima impensados como el subtropical y tropical (Brasil es un claro ejemplo).
El mercado ha cambiado y mucho. China hace 20 años producía 1,5 millones de toneladas de uva y en el 2012 llegó a los 7 millones en el 2012. La mayoría de la uva la destina a su consumo interno. Pero ha comenzado a exportar: hoy manda 15 millones de cajas de uva de 8,2 kilos.
