Con la sequía ocasionando cada vez más problemas y a partir de la intención de mejorar las reservas para la próxima temporada, en el Departamento de Hidráulica avanzan en un plan para reemplazar alrededor de un 18% del agua que aportan los tres embalses, Los Caracoles, Punta Negra y Ullum, con la subterránea que suministrarán una batería de 70 perforaciones en todo el Valle de Tulum.

Actualmente, para las necesidades de consumo humano, el agro y para actividades recreativas y turísticas, los diques están erogando unos 38 m3/s, pero el plan es reemplazar unos 7 m3/s con agua subterránea, casi el 18% del total.

Estarán ubicadas en el Parque Sarmiento (Zonda), sobre el Canal Benavídez, entre Santa Lucía y 9 de Julio; en el Canal del Norte, entre Angaco y San Martín; en el Canal Céspedes e Zonda y el resto lo van a definir, según explicó Maximiliano Delgado, el director de Hidráulica.

La idea es llegar a mediados de año con la mayor cantidad de perforaciones funcionando, para tenerlas a todas erogando a fin de año. "Queremos que los pozos trabajen en forma permanente para reemplazar el agua que suministran los diques, sabiendo que este año viene seco, y para tener reservas para el período 2020/21", expresó.

Este panorama tiene lugar en momentos en que la provincia transita la peor y más prolongada sequía en 111 años, desde que Hidráulica empezó a tomar registros del caudal de su principal río, en 1909. Y por eso el plan oficial es reparar la batería de unos 70 pozos de extracción de agua subterránea para evitar que se sequen los embalses y poder guardar un poco de reserva para la próxima temporada, que ya se sabe que también será seca.

Un pozo de agua es una obra de captación vertical que permite la explotación del líquido subterráneo, que contiene las fisuras de una roca del subsuelo, o lo que también se denomina acuífero.

Algunas perforaciones, como las del Parque Sarmiento, datan de 1950, cuando ayudaron a paliar la sequía de esa época y las quieren reactivar nuevamente ahora con el mismo objetivo.

La situación ocasionada por la sequía se ha agravado porque el río San Juan no trae el agua necesaria. Luego de las mediciones de nieve hechas en la cordillera en la primavera pasada, las autoridades de Hidráulica dieron a conocer en octubre un pronóstico hídrico para el ciclo 2019-2020 de 659 hm3 de agua, con un máximo de 700 hm3 en el caso de que se produjeran nevadas tardías. Solamente en el caso de que fuese muy desfavorable, la previsión podía caer a 550 hm3. Pero la realidad fue peor, y ahora se espera un derrame real de no más de 520 hm3. Eso significa que viene un 23,6% menos de agua de la media esperada, que ya era escasa.

Un dato favorable en medio de esta crisis es que gracias a la construcción de los diques y las medidas de cuidado del agua que se vienen tomando desde 2017 se ha logrado ir sorteando estos años de sequía. Pero advierten que es muy importante que la población de San Juan tome conciencia y cuide el agua (ver aparte).

También, junto al Consejo de Hidráulica, se está trabajando en un plan para utilizar los pozos privados. En San Juan se calculan que hay unos 5 mil pozos en manos de los productores, pero no todos funcionan porque se rompieron o no están electrificados. De ese total, la idea es llegar a utilizar un porcentaje, para lo cual junto con los integrantes de las juntas de riego están haciendo un relevamiento. Lo que se quiere hacer es que los privados puedan empezar a verter agua en los canales y levantar el coeficiente de distribución de los restantes aguas abajo.

 

Las recomendaciones

 

Frente a un panorama en el que cada vez hay menos agua y pocas perspectivas de que la situación se pueda llegar a revertir, desde los organismos oficiales salieron a insistir con algunas recomendaciones. Por ejemplo, desde Hidráulica solicitan a la población no interferir la libre circulación del agua de canales y no arrojar residuos sólidos domiciliarios o cualquier tipo de basura que impida realizar una buena distribución del recurso. A los productores les piden mejorar los sistemas de riego dentro de las fincas, para hacer un uso más eficiente. Desde OSSE pidieron, por ejemplo, lavar el coche y la vereda con un balde, controlar las pérdidas de canillas y en las paredes y no dejar correr el agua durante el cepillado o afeitado, entre otras solicitudes.