El Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) presentó ante la Comisión Técnica Asesora una propuesta para cambiar la composición de los vinos tintos genéricos. La iniciativa apunta a mejorar la calidad de los productos pero implica grandes cambios a nivel productivo que podrían dejar sin su destino actual a las uvas criollas y generar distorsiones de precios en toda la cadena.

 

El planteo del INV es que a partir de la liberación de 2017 (1 de junio) el vino tinto genérico deba demostrar su composición, respetando una participación mínima del 75% de uva tinta. El 25% restante podría ser completado con uvas blancas y/o rosadas. La propuesta representa un cambio rotundo respecto de la forma en la que se trabaja actualmente. Hoy el vino tinto genérico no se aprueba para salir al mercado según la cantidad de uvas que utilice de cada variedad sino por las unidades de color que tenga. Alcanzando las 500 unidades, se puede comercializar.

 

 

Bajo ese método se pueden obtener vinos tintos genéricos con un 90% de uvas criollas o blancas (el año pasado se pagaron a $ 2,80) y un 10% de Aspirant Bouchet (el valor de venta promedio fue de $ 10,56 en 2016), por citar un ejemplo. Según los expertos, la iniciativa del INV, obligaría a invertir las proporciones de cada variedad, elevando el costo de producción y dejando sin destino a miles de kilos de uva criolla, que saldrían a un mercado ya saturado y con precios deprimidos. Aunque se podrían destinar a mosto, referentes del mercado advirtieron que hoy el precio está en baja y el stock existente es difícil de colocar.

 

Posturas divididas

 

La propuesta del INV encontró algo de aceptación por parte de algunos referentes de la industria pero también objeciones. Juan Carlos Pina, gerente de Bodegas de Argentina, opinó que “conceptualmente se trata de una buena propuesta para mejorar la calidad del vino”, pero advirtió que “no sería prudente aplicarlo a partir de este año”. Este representante agregó que “primero se debería hacer un estudio profundo sobre cuánta uva tinta hay disponible en el mercado y cuánta se necesitaría para satisfacer la demanda del tinto genérico”. 

 

Similar fue la postura de Sergio Villanueva, gerente de la Unión Vitivinícola Argentina (UVA), quien destacó la necesidad de hacer un análisis profundo de los volúmenes de producción por variedad y demanda, que se formaría a partir de los cambios propuestos para los tintos genéricos. En este contexto, para Villanueva debería realizarse un plan de reconversión a largo plazo.

 

 

“Las criollas y cerezas deberían reconvertirse progresivamente en tintas según la demanda requerida. Así, se podría mejorar la calidad de los vinos sin generar grandes distorsiones de precios”, comentó.  Tampoco el Centro de Viñateros y Bodegueros se mostró de acuerdo con la propuesta. A través de un comunicado opinó que “el tema debe ser detenidamente estudiado” y que “no sería prudente apresurarse en tomar decisiones de tal magnitud con un cosecha ya comenzada, planificada y en un contexto anormal de producción”.

 

Similar fue el argumento de Eduardo Sancho, presidente de Fecovita, quien sostuvo que “no se puede aplicar una medida de esas características con una cosecha en marcha”. Sin embargo, reconoció que “sería factible a partir de 2018”. Desde la Cámara Vitivinícola de San Juan, mostraron un apoyo rotundo. Ángel Leotta, presidente de la entidad opinó que “es un muy buen proyecto” y “aunque se necesitan estudios para perfeccionarlo, podría iniciarse en 2017”.

 

Restará saber qué decisión toma el INV. Ante la consulta de este diario sobre si es factible aplicar los cambios este año, el presidente de la entidad, Carlos Tizio, respondió: “Estamos trabajando con las cámaras”.

 

Frases destacadas

 

Juan Carlos Pina, Bodegas de Argentina: “No sería prudente aplicar los cambios a partir de este año. Primero se debe hacer un estudio profundo del mercado.”

Eduardo Sancho, Presidente de Fecovita: “No se puede aplicar una medida de esas características con una cosecha en marcha. Sería más factible iniciarla en 2018”.

Ángel Leotta, Camára Vitivinícola (S. Juan): “Es un buen proyecto y, aunque se necesitan estudios, se podría iniciar a partir de junio de este año.”

 

Fuente: Diario Los Andes