Este domingo a través de una emisión casi inédita del Boletín Oficial, se conoció que el Banco Central (BRCA) dispuso que las empresas exportadoras deberán liquidar las divisas producto de sus ventas en el país y que todas las compañías, no solo los bancos, tendrán que pedir autorización a la entidad monetaria para girar divisas al exterior.

Además, las personas podrán comprar hasta US$10.000 por mes, y también girar ese monto al exterior, según fuentes del BCRA. De esta forma, el Gobierno busca frenar la presión sobre el tipo de cambio y las reservas desde la oferta y la demanda de divisas con medidas que los economistas califican "de crisis para un contexto crítico" y con un "alto costo político" para la gestión de Mauricio Macri.

"Son medidas de crisis en un contexto de crisis. Son poco felices, pero la contracara era que el dólar siguiera subiendo y la dinámica fuera más peligrosa. Son medidas extremas, en las antípodas de lo que este Gobierno piensa, pero que el tipo de cambio siguiera subiendo era peor. El efecto es negativo por definición, pero el tema era atenuar impactos aún más negativos", consideró Matías Rajnerman, economista jefe de Ecolatina.

De acuerdo con él, los mercados en general ajustan por precio o por cantidad y, después de las PASO, en el mercado de cambios hubo un ajuste por precio que implicó un suba del tipo de cambio. "Al gobierno le pareció que fue excesiva y empezó a vender reservas, pero el mercado no ajustaba porque seguía habiendo exceso de demanda de dólares y el tipo de cambio seguía subiendo. Entonces ajustan por cantidades con la restricción a la compra de divisas para que no suba el tipo de cambio. Es una medida vinculada a la heterodoxia que va en contra de los manuales de este Gobierno, pero en una situación de crisis se recurre a todo", explicó.

Por su parte, el economista director del estudio Eco Go, Federico Furiase, dijo que el objetivo de las medidas es moderar el ritmo al que viene perdiendo reservas el BCRA.

"Se trata de evitar que se acelere el drenaje de reservas en un contexto de inestabilidad política y financiera. Este ritmo de pérdida de reservas era insostenible. Hay una desconexión entre Macri, Fernández y el FMI que se ve en el Riesgo País y el mercado de bonos y el mercado de cambios. La inestabilidad financiera aumentó la demanda de dólares y después está la gente que va y saca depósitos del sistema financiero. La incertidumbre sigue estando también en la definición de cuál va a ser el programa económico de Alberto. Como esto no se iba a terminar y sólo tenés US$15.000 millones de reservas disponibles era inevitable recurrir a la obligación para que los exportadores liquiden y al límite a la compra de dólares", afirmó y también insistió en el costo político del control de capitales para un Gobierno que venía a terminar con eso.

Por último, el economista de la consultora Ledesma Gabriel Caamaño dijo que las medidas buscan reducir presiones cambiarias y sacrificar las menos reservas posibles. "El Gobierno ya había hecho algo en este sentido con la medida que limitaba el crédito a exportadores, pero no había hecho nada por el lado de la demanda y ahora sí. En principio, solo está afectada la demanda privada para atesoramiento y no el turismo, ni las importaciones. Solo se pone un límite a la compra de dólares de las personas jurídicas y físicas y fuerzan a liquidar a la empresas y que no salgan a demandar por otro lado. Fuerzan la venta y restringen la demanda. Son manotazos de ahogado, porque en realidad no solucionas nada: no solucionas la inestabilidad que influye en la demanda", concluyó.