La plaga de los viñedos ha recrudecido en los últimos años, y en el Gobierno provincial van a intensificar la próxima temporada las técnicas para su combate. De acuerdo a los datos que dispone la Dirección de Sanidad Vegetal, para la próxima temporada la campaña contra la Lobesia botrana o polilla de la vid se extenderá al 80% de la superficie con viñedos en San Juan. Los únicos departamentos que han quedado afuera de la problemática de la Lobesia son Jáchal, Valle Fértil y Calingasta. Según los archivos de DIARIO DE CUYO proporcionados por el Senasa, hace cinco años, en el 2016, el área tomada por la plaga era del 32,9% de la superficie plantada con vides, que asciende a 47.394 hectáreas, de acuerdo a cifras oficiales del Instituto Nacional de Vitivinicultura. Eso denota el crecimiento que ha tenido la superficie afectada, del 143%; en cinco años. El clima de San Juan es propicio para esta polilla, que se reproduce mejor con el calor. Además este invierno faltaron más días seguidos de heladas que maten la plaga, por lo que hay temor de que se haya multiplicado. La preocupación ante la presencia de este enemigo vitivinícola, que merma la producción de los racimos (ver abajo), ha provocado que este año la provincia acentúe la pelea contra la plaga, profundizando las acciones que se venían realizando, e incorporando técnicas nuevas, para bajar la población del insecto. El director de Sanidad Vegetal, Luis Kulichevsky, que depende de la Secretaría de Agricultura de la provincia, anticipó que para la próxima campaña que arranca a fines de septiembre, principios de octubre, se van a hacer dos aplicaciones de insecticidas juntas en vez de una, combinando el combate aéreo con el terrestre en forma simultánea. También por primera vez se combinarán dos insecticidas, y se harán aplicaciones poscosecha, además de esparcir feromonas en forma aérea sobre los viñedos, y no sólo colgando las mismas en la vid como se venía haciendo hasta ahora. Respecto al financiamiento del programa, el ministro de Producción, Andrés Díaz Cano, dijo que la Nación se comprometió por segundo año consecutivo a fondear la campaña sanitaria 2021/22 contra la Lobesia botrana. La semana próxima se espera la visita del ministro de Agricultura, Luis Basterra, y allí se aguardan definiciones al respecto. Durante la gestión macrista la Nación no desembolsó un peso, pese a que la legislación así lo establece, y la provincia financió la campaña. El año pasado San Juan recibió $136 millones y se espera que este año la suma ronde los $190 millones.

ACCIONES A REALIZAR

Cuando se detecte el primer vuelo del insecto se aplicará con avión un insecticida específico para la plaga, en 20.000 has en los departamentos de Sarmiento, 25 de Mayo y Caucete. Esa aplicación aérea deberá acompañarse con una aplicación terrestre por parte de los productores, para lo cual el Gobierno entregará dos tipos de insecticidas para cubrir 10.000 has. La técnica de feromonas se hará sobre 5.000 has, priorizando uva de mesa, vides orgánicas y varietales con destino a vinos finos. La aplicación aérea de feromonas se hará sobre 800 ha, mientras que las aplicaciones post cosecha en forma terrestre cubrirán 2.000 has en el tercer vuelo de la polilla para bajar la reproducción de la misma para las siguientes temporadas.

 

  • Un enemigo destructivo

La Lobesia Botrana es una plaga cuarentenaria que está causando graves daños en varias zonas vitícolas de Argentina. En la Dirección de Sanidad Vegetal explican que es un Lepidóptero, una polilla que afecta principalmente al cultivo de la vid. Se llama "polillas" en forma vulgar a los pequeños lepidópteros cuyas larvas en estados juveniles son sumamente dañinos para las flores y bayas de la vid. Pero, este no es el único hospedante u hospedero, también ataca otros frutos y flores de frutales. El temor que se tiene es que invada a otros cultivos. En Mendoza se detectó en el año 2010, provincia con la mayor superficie vitícola cultivada en Argentina. Ya había una alerta desde Chile, que la había declarado en 2008, y en 2009 en California (EEUU). Después de la alerta chilena, en Mendoza se comenzó a realizar el monitoreo con trampas. El daño, en primer lugar, es a la flor de la vid, una inflorescencia que luego va a formar el racimo. Puede llegar a comer las flores completamente. La mariposa adulta coloca los huevos en la flor y cuando nace la larva comienza a alimentarse de todas las partes de la flor; a su vez, esa larvita va tejiendo como una especie de seda que une todas esas partes de la flor seca y forma una especie de nido llamado glomérulo. Cuando se produce el cuaje, empieza a formarse el fruto dañándolo también; lo perfora, come la semilla verde y luego, en maduración, continúa atacando todo el grano hasta secarlo por completo. También existe un daño indirecto, ya que actúa como transmisor de una podredumbre: en su cuerpo lleva el inóculo de la podredumbre de los racimos, que es un conjunto de hongos que genera una importante disminución del rendimiento en el momento cercano a la cosecha.