Los viñateros coinciden en que en la última temporada hubo un crecimiento de la producción afectada por la Lobesia botrana, también conocida como "polilla de la vid", y que por eso la situación les preocupa. Al punto que quieren que más productores se sumen al combate, sobre todo en los departamentos más críticos, que son Sarmiento, 25 de Mayo, Caucete y San Martín.
Se trata de una plaga que produce daños directos en los parrales, provocando pérdidas en los volúmenes de producción, menor rendimiento por planta, afectando además la calidad de la fruta tanto para consumo en fresco como para vinificación. También favorece el ataque de diversos hongos patógenos que provocan la podredumbre del racimo. En uva para vinificar, los residuos que dejan estos hongos transmiten mal olor y sabor a los vinos. Además, la uva de mesa con destino a exportación debe dar cumplimiento a tratamientos cuarentenarios internacionalmente aceptados, como ocurre con la que va a Brasil, que eleva el costo de producción. Por eso es que si bien se trata de una enfermedad que está bajo control oficial, pone en riesgo la competitividad del sector generando una crisis en las economías regionales como la de San Juan.
Para que el combate de la plaga sea efectivo, y de acuerdo a los datos de la Dirección de Sanidad Vegetal, para la próxima temporada quieren ampliar la campaña al 80% de la superficie con viñedos en San Juan, e incluso incrementar la entrega de insecticidas a los productores. Es que, por ejemplo, hasta 10 hectáreas de vid, desde Sanidad Vegetal, a cargo de Luis Kulichevsky, entregarán insecticidas suficientes para dos tratamientos, el primero a partir de agosto o septiembre. Y también se harán aplicaciones aéreas, en unas 25.000, mientras que en la última temporada habían sido 20.000 hectáreas. Esa aplicación aérea deberá acompañarse con la aplicación terrestre por parte de los productores, para cubrir unas 12.000 hectáreas, según la estimación oficial. A esto se sumará otro tratamiento a través de la técnica de feromonas, priorizando uva de mesa, vides orgánicas y varietales con destino a vinos finos.
Según explicó Kulichevsky, como parte de la campaña de lucha contra la plaga tienen previsto dictar capacitaciones teóricas y prácticas junto al sector privado para calibrar las pulverizadoras, con el objetivo de mejorar la eficiencia de las aplicaciones.
Una de esas charlas, por ejemplo, tuvo lugar el martes por la noche en el Mercado Concentrador de Rawson, con la participación de integrantes de la Sociedad de Chacareros Temporarios. Uno de los coordinadores del encuentro, Mario Torrente, contó que hubo mucho interés por parte de los productores en escuchar las recomendaciones de los profesionales. En el encuentro también estuvo presente el coordinador de Protección Vegetal del Centro Regional Cuyo del Senasa, Carlos Bontcheff, y el secretario de Agricultura y Ganadería de la provincia, Martín Gomez Sabatié. Pablo Martín, de la Mesa Vitícola, dijo que hay mucha preocupación entre los productores por los daños que produce la plaga.
También habrá capacitaciones de actualización para técnicos y productores sobre técnicas de control, bajo un manejo integrado de plagas y el asesoramientos en finca para apoyar al sector productivo.
El director dijo que también van a continuar trabajando en conjunto con organismos como el Senasa, ISCAMEN, INTA, la Universidad Nacional de San Juan y la Cámara de Comercio Exterior, además de las asociaciones de productores y los asesores técnicos privados de productores y empresas.
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Son las miles de hectáreas que desde Sanidad Vegetal quieren cubrir con aplicaciones aéreas de insecticidas. La temporada anterior hubo cobertura en 20.000 hectáreas. De todos modos, el productor debe hacer lo propio en los parrales para que la lucha contra la plaga sea efectiva.
- Un enemigo de mucho cuidado
La Lobesia botrana es un lepidóptero, una polilla que afecta principalmente al cultivo de la vid. Se llama "polillas" en forma vulgar a los pequeños lepidópteros cuyas larvas en estados juveniles son sumamente dañinos para las flores y bayas de la vid. Pero, este no es el único hospedante u hospedero, también ataca otros frutos y flores de frutales.
El daño, en primer lugar, es a la flor de la vid, una inflorescencia que luego va a formar el racimo. También existe un daño indirecto, ya que actúa como transmisor de una podredumbre: en su cuerpo lleva el inóculo de la podredumbre de los racimos, que es un conjunto de hongos que genera una importante disminución del rendimiento en el momento cercano a la cosecha. Se combate con insecticidas.