Las subas mensuales de los precios de combustibles ya no solo obligan a dejar de consumir las variantes más caras sino que ahora hacen caer directamente el consumo de todas las naftas. Según datos oficiales, en septiembre hubo un 10% menos de ventas en las estaciones de servicio.
A diferencia de los que se veía en meses anteriores, en que se registraron "migraciones" hacia naftas de menor calidad pero más económicas, las estadísticas ahora muestran una retracción general del consumo de naftas.
"Hasta ahora le gente venía restringiendo calidad de producto, migrando de la premium a la súper, por eso la demanda general se mantenía relativamente estable", explica Carlos Gold, presidente de la Confederación de Entidades del Comercio de Hidrocarburos de Argentina (Cecha).
El descenso general del consumo de naftas fue de 10,2%, en comparación a agosto. Solo la premium cayó más de 17%, las variantes de gasoil también tuvieron retrocesos de dos dígitos mientras que las compras de súper fueron 6,2%.
"Hay que mirar los datos en contexto, la gente absorbió hasta agosto más de un 40% promedio de aumento de las naftas, pero solo en septiembre hubo tres subas mayores por arriba del 10%, evidentemente el bolsillo no da más", agrega Gold.
En abril un informe de Cecha registraba una transferencia de consumo de las naftas premium de mayor calidad a las súper, de menor calidad y precio. El dato se repitió en los meses siguientes consolidando la tendencia.
Los combustibles ya llevan un aumento superior al 65% promedio durante 2018 aunque desde las compañías petroleras ya advirtieron que aún se registraba un retraso de los precios internos con respecto a los valores internacionales.