Las más de 7.000 hectáreas que según las entidades olivícolas de San Juan han sido dañadas por las heladas -la segunda peor de la década, dicen- encendieron el alerta en el Gobierno, al punto que ayer el gobernador Gioja habló de ‘’replantear las plantaciones en las zonas más bajas para evitar estos desastres’’. El plan, que aún es una idea en borrador y que le daría un vuelco a la olivicultura, plantea reconvertir los olivos de la zona Este de San Juan, principalmente de 25 de Mayo, San Martín, Caucete, parte de 9 de Julio y una porción de Sarmiento (ver infografía), que ya tienen la estructura de riego y personal, por otros cultivos más resistentes, como vides o pistachos, en donde el Estado apuntalaría con incentivos económicos la reconversión. Con otro matiz, la idea se asemeja a la reconversión vitivinícola que se inició en los ‘90 y que fomentó la plantación de varietales, para dejar de lado las uvas comunes.

La novedad se conoció ayer cuando el mandatario provincial visitó el emprendimiento olivícola ullunero ‘San Juan de los Olivos’ (ver aparte). ‘’Esto pasa siempre, el olivo chico y en zonas bajas, toda la vida sintió mucho la helada. Esto no es nuevo, el Estado tendrá que buscar las formas de poder asistir, pero la mejor asistencia es decir: mire en esta zona no plante porque acá va a helar siempre y siempre que plante va a tener problemas. Entonces hay que buscar los equilibrios necesarios para que se pueda avanzar y replantear los cultivos en algunas zonas’’, remarcó Gioja.

Ahora bien, ¿por qué se plantó tanto olivo -casi 1/4 de lo que ostenta ese cultivo en San Juan- en zonas propensas a heladas? En el mundillo olivícola hablan de que fue por el desconocimiento de inversores foráneos -muchos de ellos atraídos por los beneficios impositivos-, pero desde la Secretaría de Agricultura de la provincia sostienen que se debe al precio que tienen las tierras en zonas marginales, donde la ecuación, pese al clima, ‘’no es mala económicamente’’.

‘’Son empresas (las que se sitúan en las zonas ‘bajas’) que se bancan los períodos de heladas, pero al tener un costo inicial bajo de inversión, al fin y al cabo, no pierden plata’’, explicó el titular del área, Marcelo Alós.

‘’Si los olivos no funcionan en algunas zonas, entonces pongamos otros cultivos que sirvan, pero esto es un trabajo enorme, pero que en algún momento debemos empezar y me parece el momento’’, agregó Patricio Vallejo, miembro de la comisión normalizadora de la Cámara Olivícola de la provincia, que será uno de los que hoy se reúnan en el Ministerio de la Producción para plantear los daños por heladas (ver página 3).

Una de las últimas inversiones vinculadas a la olivicultura y en la que ya adquirieron casi 7.000 hectáreas de tierra, se ubica en El Boquerón, un inhóspito paraje del departamento 25 de Mayo, que por sus características geográficas es ‘’poco recomendable para el olivo’’, sostienen expertos.

¿SALE OLIVO, ENTRA VID O PISTACHO?

La idea de apuntar a cultivos resistentes a las heladas para reemplazar al olivo, posicionan muy bien tanto a la vid como al pistacho. ‘’Creo que son 2 alternativas fuertes, conocidas y que sabemos que además tienen un mercado muy interesante, porque no es la idea cambiar por cambiar, sino que el objetivo es repotenciar aquellas zonas olivícolas que verdaderamente no son aptas para el olivo’’, comentó Alós. El plan de mutar a estos cultivos cayó muy bien en el seno de la entidad madre del sector: ‘’Esto es un negocio y si tenemos el riego colocado y la gente, bueno, cambiemos por un cultivo que no tenga problemas con las heladas todos los años en aquellas zonas bajas’’, explicó Vallejo.