Gustavo Marangoni, un politólogo y con amplia experiencia en finanzas por haber dirigido el Banco Provincia, de Buenos Aires, analizó la realidad política nacional y brindó jugosas definiciones sobre lo que está pasando en el país, lo que hizo mal la actual gestión y el rol de la oposición en esta coyuntura. Y dijo que a los problemas que ya tenía el Gobierno nacional, sumó un nuevo frente de conflicto con las provincias por las medidas de eliminación del IVA y la elevación del piso de Ganancias.

Estuvo en San Juan invitado por la Asociación Civil Estudios Populares (ACEP), que preside Rogelio Mallea, para hablar de la realidad financiera del país y los posibles escenarios para diciembre. 

 

-¿Qué está pasando con la economía argentina?

-Se está acelerando la crisis. Primero está la película y después la fotografía. La película empezó en abril del año pasado con la primera corrida cambiaria, y en agosto del 2018 volvió a tener un pico. Es como un paciente que tiene picos de presión, en abril volvió a tener otro pico y está el de ahora. Se da en un contexto particular, que es de poselecciones de las PASO, que han sido un tanto particulares porque no decidieron nada, pero parecen haber decidido todo, porque el candidato que sacó más votos todavía no es formalmente presidente, pero lo que habla y lo que hace es tomado como del futuro presidente.

-¿Qué genera esa situación?

-Una situación de complejidad política que, además, tiene un elemento adicional, que es que como tiene que seguir en modo candidato, porque las elecciones que deciden son las del 27 de octubre, el incentivo es a competir. Pero en una situación tan grave en materia económica, que supone alguna necesidad de colaboración. Entonces la cuestión es cómo se compite y se colabora al mismo tiempo.

-Por la situación que se ha generado, ¿hay que mantener las PASO?

-Sin duda que se pueden revisar para el futuro, pero lo que pasa es que nosotros tenemos un problema aquí y ahora. Los que tienen que decidir son las autoridades políticas actuales y después por supuesto que hay otros jugadores, como el FMI y la oposición.

-¿Qué rol deberían jugar el actual gobierno y el que venga?

-El actual gobierno debe dedicarse ciento por ciento a solucionar el problema económico. Es la prioridad. Se debe saber que todo lo demás es secundario. Si el Presidente quiere mantener su performance de cara a octubre no le pude salir mal esto, porque si sale mal no hay campaña que se lo arregle. Si el dólar sigue aumentando, con las consecuencias que tiene en precios, en cadena de pagos, en producción, podrá contratar al mejor creativo de campaña, pero no lo va a salvar un spot ni una campaña de redes.

 

"Lacunza no ha asumido para poner en marcha un plan de desarrollo para el país".

-¿Lo ve bien a Fernández en el rol que está desempeñando?

-Acá pasa que lo que hoy es el Frente de Todos, Fernández, Unidad Ciudadana, Frente Renovador, Pino Solanas, cuando cada uno iba por su lado, todos eran críticos del acuerdo con el FMI, entonces la verdad es que es difícil que ahora cambien esa posición. Porque con esa posición sacaron casi el 50% de los votos. Además, tienen que seguir compitiendo porque los votos que los van a consagrar son los del 27 de octubre. Entonces es lógico que sigan una actitud crítica respecto al rol del FMI.

-¿Una diferencia tan abultada como la que se dio en las PASO, es posible de revertir?

-Es altamente improbable, y no sólo por la diferencia del domingo 11 a la noche, sino también por lo que ha pasado desde el 12 para acá. Con un dólar que aumenta, la inflación elevándose, menos reservas, incertidumbre. Estamos hablando de 15 a 16 puntos y suena muy difícil. 

-¿Cómo analiza la reacción de los gobernadores con la presentación para defender los intereses de las provincias?

-Esas medidas, desde mi punto de vista, son un error político y de carácter técnico del gobierno. Primero porque por IVA y Ganancias se creó un conflicto con las provincias porque muchos gobernadores ya están sufriendo las consecuencias de la recesión, de la inflación y si las provincias tienen los números muy justitos y encima les dicen que lo que tenían contado ahora le tienen que restar dinero, se les está sumando un problema que no hace más que agravar la situación. 

-¿Qué medidas debería tomar el Gobierno nacional en esta etapa?

-Si lo que se busca es paliar la situación de los más necesitados, se debería fortalecer la Asignación Universal por Hijo y los programas sociales y alimentarios. Segundo, buscar que las cadenas de comercialización no generen excesos a partir de estas decisiones y después concentrar toda la artillería en lograr que el FMI haga el desembolso y no porque resuelva todos los problemas, pero ayudaría a bajar un poco la temperatura. Yo pondría a trabajar a todos los ministros en función de lo que necesitan el ministro de Hacienda y el presidente del Banco Central, porque ellos son los que van a tener la posibilidad de hacer algo.

-¿Qué herencia le va a quedar al próximo gobierno, si es que se da el cambio?

-La verdad es que una herencia muy negativa y con el problema de que el que venga no va a poder abusar mucho con el tema de la herencia, porque ya se ha usado mucho. De todos modos va a asumir en medio de una situación compleja, por ejemplo con reservas nulas o escasas, con los mercados internacionales de crédito cerrados, con una inflación que seguramente estará en el orden del 60% anualizada, con el sistema productivo con las cadenas de pago rotas y con una situación de desempleo en alza. Y tendrá que aprovechar los primeros meses de impacto inicial para tomar medidas que tengan un alto grado de coordinación.

-¿Cuáles han sido los principales errores del gobierno?

-Primero fue la falta de coordinación y plantearse metas contradictorias, porque si un ministro proponía una inflación del 15% otro no podía aumentar las tarifas un 300%, porque las dos cosas no se pueden hacer a la vez. Pero, además, se separó el Ministerio de Hacienda del de Finanzas, es decir que el que tenía que ejecutar el presupuesto no tenía la potestad para ver dónde buscaba el financiamiento que dependía de otro ministro. Y desde el punto de vista político creo que el gobierno confió demasiado en que su autopercibido prestigio más el financiamiento internacional iban a ser suficientes para terminar con otras realidades políticas y perdió de vista las realidades territoriales de la Argentina y la diversidad económica y sobre todo las quejas del paciente. 

 

Perfil

Gustavo Marangoni es politólogo y tiene una maestría en Relaciones Internacionales. Estuvo durante ocho años en el Banco Provincia, de Buenos Aires. La mitad de ese tiempo como vicepresidente y luego como presidente. Fue desde el 2007 al 2015, durante la gestión de Daniel Scioli como gobernador de esa provincia. Ahora tiene su propia consultora, M y R Asociados. Y también es panelista en el programa Animales Sueltos, que conduce Alejandro Fantino. En San Juan expuso sobre los escenarios posibles de cara al 10 de diciembre.