Empezaron haciendo lo que cada una sabía: Angela Rita, sus óleos con luces y sombras que aprendió de pura autodidacta, pero capacitándose en cuanto taller pudo desde su juventud. Y Rosana Giménez, su cuadros de arte francés, entre otras cosas que aprendió de la Polivalente de Arte, de donde salió con el título de artista plástica en el ‘92. Pero las primas, que se habían asociado en febrero de 2010, dando nacimiento al emprendimiento Crearte Ar, se dieron cuenta que su productos tenían salida, pero no la suficiente para la aspiración de encarar un negocio ‘en serio’ que le reditúe dividendos. ‘’Es que nos presentábamos en las ferias de emprendedores locales, donde siempre va la misma gente y una persona que compra un cuadro no compra otro al poco tiempo, no es como la ropa o una pulsera que se vende todo el tiempo’’, explicó Angela.

Fue entonces, cuando habían pasado apenas unos tres meses de arrancar con la sociedad, que el negocio dio un vuelco: se dedicaron a realizar ‘cuadros decorativos’ como dicen ellas. Son hechos a medida, a pedido del cliente, para espacios particulares y del tamaño, las texturas y los colores que combinan con la sala donde van a ser colocados.

El secreto fue encontrar una veta diferenciada al negocio, lo que llevó al éxito a estas emprendedoras sanjuaninas que ahora reciben pedidos de clientes por facebook, o por relaciones de amigos y familiares (ver recuadro).

‘’Nuestra tarea es ir a la casa o al negocio del cliente, miramos los colores que tienen los ambientes, el tamaño de las paredes y le recomendamos un cuadro decorativo. Si alguien pinta su casa y quiere un cambio, le diseñamos el cuadro del tamaño y aspecto que quiera’’, dijo Angela. ‘’Hacemos lo que está de moda’’, replica su prima hermana. ‘’Ya no se usan los cuadros clásicos en los ambientes, se están utilizando en cambio los cuadros como arte decorativo, en la rama minimalista que son blancos, negros. O con colores, pero con líneas simples’’ agregó Rosana. El ‘boom’ de Crearte Ar son los cuadros ‘abstractos’, en ‘dípticos’ o ‘trípticos’. Son cuadros de de tipo abstractos, con figuras geométricas que se hacen divididos en dos o en tres partes, y que luego se cuelgan de las paredes en diferentes ubicaciones. ‘’También vendemos mucho los de estilo étnicos, que tienen cacharritos como los de los africanos’’, comentó Rosana.

Hoy las primas y socias dicen que están dedicadas a pleno a lo que realmente les gusta. Rosana se recibió de artes plásticas pero nunca ejerció como ahora, porque se dedicó a llevar adelante el negocio familiar que era una calesita para niños. Angela en cambio siempre tomó el arte como hobby y mientras era empleada del Banco Hipotecario hizo muchos cursos de pintura. Pero fue cuando se jubiló que se dedicó de lleno al negocio. Hoy ambas tienen un taller y reciben además alumnas a las que les transmiten todos sus conocimientos.