El empresario Jaime Bergé, uno de los principales impulsores del desarrollo de la minería metalífera y no metalífera en San Juan, murió ayer en al clínica Favaloro, en Capital Federal, donde había sido intervenido el lunes pasado por un nuevo transplante de riñón. La operación fue exitosa, pero su corazón no resistió y su falla provocó su deceso. Bergé vino a San Juan a los 17 años, desde Córdoba, y aquí estudio Ingeniería en Minas y fundó en 1986 su empresa BTZ, de servicios mineros. Presidió por 26 años la Cámara Minera de San Juan y en dos oportunidades también la Federación Económica. Directo y punzante en sus opiniones, se convirtió en uno de los principales defensores del desarrollo de la minería, enfrentando con argumentos sólidos y técnicos las críticas y cuestionamientos a la actividad, desde sectores radicalizados. La Cámara Minera emitió ayer un sentido comunicado despidiendo y agradeciendo el legado de Bergé.
El vicepresidente de la entidad, compañero de estudios y gran amigo de la vida, según se define Raúl Cabanay, contó ayer que no habrá velatorio, que sus restos serán cremados en Buenos Aires y en algún momento sus cenizas serán traídas a San Juan.
Agregó que el empresario había sido transplantado de riñón el lunes pasado, tras una donación que le hizo su pareja desde hace mas de una década, Alejandra Araya. ""El transplante fue exitoso, al poco tiempo sus órganos entraron en funciones y Jaime empezó a recuperarse, pero el jueves su corazón comenzó a fibrilar y finalmente no resistió", dijo Cabanay.