Según la edad de la población, las generaciones se clasifican en Baby Boomers, Generación X, Millennials y Centennials. Los Baby Boomers son los nacidos entre 1945 y 1964, post Segunda Guerra Mundial. El nombre de esta generación refiere al “Baby boom”, repunte en la tasa de natalidad de esos años. La Generación X son los nacidos entre 1965 y 1981, agrupa a los que vieron el nacimiento de Internet y los avances tecnológicos. Están marcados por grandes cambios sociales. La generación Y o Millennials son los nacidos entre 1982 y 1994, muy adaptados a la tecnología. La vida virtual es una extensión de la vida real. Y la generación Z o Centennials son los nacidos a partir de 1995 y hasta el presente y desde su niñez usan Internet.
Aclarado esto me pareció importante una nota sobre la generación de los millennials y el vino publicada por el diario El Confidencial de España.
Destaca la publicación que, casi de la noche a la mañana, nuestra sociedad ha visto nacer una nueva generación que ha cambiado todo y que marcará el devenir social, cultural, laboral y empresarial de nuestro mundo en los próximos años.
Y siempre que surge una nueva generación aparece el mismo deseo: definirla. ¿Qué les gusta a los “millennials”? ¿Cómo se comportan? ¿Cómo se relacionan? ¿Cuáles son sus gustos? ¿Y sus aspiraciones sociales? ¿Qué comen? ¿Qué beben?.
Pocas cosas se saben a ciencia cierta de los “millennials”, pero una de ellas ya ha quedado demostrada: les gusta el vino. Y mucho, además, según el estudio realizado por el Wine Market Council (WMC), una asociación de profesionales americanos del sector.
Según este informe, los “millennials” consumen el 42% del vino que es comercializado en Estados Unidos. Este hecho se torna histórico, ya que, por primera vez en muchos años, los “baby boomers” (30%) pierden la primera posición.
La cosa, de hecho, va más allá. Si nos olvidamos de la cantidad de vino bebido y nos fijamos en el número total de consumidores, también ganan la batalla: los “millennials” son el 36% de los consumidores, mientras que los “baby boomers” ésta vez son un 34%.
También lideran la clasificación del número de copas consumidas en cada ocasión (3,1). Sólo ceden su primera posición en el número de bebedores de alta frecuencia, donde los “baby boomers” (38%) superan su 30% de cuota.
Pero no todos los “millennials” que consumen vino son iguales. Un informe de Nomacorc los divide en tres subgéneros bien diferenciados:
a) Los “gourmets” (20%). Son los verdaderos amantes del vino. A estos consumidores no sólo les importa el vino en sí, sino también toda la experiencia asociada a su consumo. Además, suelen mostrar interés por la historia de cada vino e incluso por la de la propia bodega. Son, por tanto, consumidores que prefieren pagar un precio más elevado a cambio de contar con todos estos factores.
b) Los “bueno, bonito y barato” (20%). Estos consumidores buscan un producto de calidad a buen precio. No son nada estancos, sino que se muestran abiertos a probar nuevos vinos siempre que sea necesario. Por este motivo, las bodegas luchan por ellos trabajando aspectos de negocio como la fidelización.
c) Los seducibles (60%). Son el segmento mayoritario y, por lo tanto, los que se colocan en el objetivo de cualquier marca. Buscan un vino sencillo a un coste no elevado, de modo que los frescos, juveniles y originales siempre serán sus mejores aliados.
Entonces, ¿cómo se puede conquistar a un “millennial”? ¿Qué es lo que piden a un buen vino? ¿Qué están buscando a la hora de comprarlo y consumirlo? Básicamente, tres cosas:
1. Venta “online”. La generación “millennial” se ha criado en la era de internet y el comercio electrónico. Por ello, es esencial que, además de la experiencia ofrecida en bares y restaurantes, las bodegas se adapten al tiempo digital y vendan sus productos a través de internet.
Los millennials no solo buscan buenos productos, sino también marcas que conecten con ellos
2.- Experiencia personalizada. Hace tiempo que este sector de la población se muestra apasionado no tanto por los meros productos cuanto por las experiencias que estos les ofrecen. Por tanto, es imprescindible que sientan cierta personalización. Y si a esto le sumamos que todos los “millennials” llevan un teléfono en el bolsillo, las aplicaciones móviles serán grandes aliadas.
3. El factor emocional. Muy en línea con lo anterior. Actualmente los jóvenes no solo buscan buenos productos, sino también buenas marcas, de esas que saben acercarse a ellos, entenderlos y conectar de manera instantánea. Nunca va a bastar con un buen vino: la bodega que hay tras él tendrá que saber dirigirse a estos nuevos consumidores.