Pasadas las cuatro de la tarde comenzó en el despacho presidencial una reunión fuera de agenda entre Mauricio Macri, Marcos Peña, María Eugenia Vidal, Hernán Lacunza y Guido Sandleris para analizar la actual crisis en los mercados que causó un martes negro con el riesgo país en casi 2.000 puntos, un dólar a 58 pesos y la bolsa de Buenos Aires cayó un cinco por ciento.
Mientras Macri lideraba las deliberaciones en su despacho, se conoció que el riesgo país llegaba a 2001 puntos básicos. Y respecto al dólar y las acciones durante la reunión no hubo mayores novedades por una simple causa: el mercado cambiario ya había cerrado a las tres PM.
El Presidente considera que este martes negro es consecuencia de la posición exhibida por Alberto Fernández durante su encuentro con la delegación del Fondo Monetario Internacional (FMI). El candidato presidencial del Frente de Todos emitió anoche un comunicado asegurando que la crisis económica fue consecuencia de los planes acordados entre el Gobierno y el FMI.
La reunión convocada por Macri tiene como finalidad diseñar una respuesta institucional ante los cuestionamientos de Fernández, que causaron un fuerte malestar en la Casa Rosada. A diferencia de las anteriores crisis económicas -post resultado de las PASO-, Macri descartó tener una conversación telefónica con su principal adversario en la campaña electoral.
El Presidente monitoreó desde temprano la situación de los mercados con Sandleris -titular del Banco Central-y Lacunza -ministro de Hacienda-, y ante la evolución de la crisis decidió convocar a estos funcionarios, al jefe de Gabinete y a la gobernadora bonaerense para encontrar una respuesta a una situación que afecta la economía y sus posibilidades para obtener la reelección.
Al margen de las responsabilidades que Macri asigna al comunicado de Fernández tras su encuentro con el FMI, Lacunza y Sandleris asumen que la inestabilidad de los mercados también se fundamenta en la falta de información respecto al futuro desembolso de 5.400 millones de dólares que se espera para cumplir con el cronograma previsto en el Stand by agreement.
Macri no duda acerca del futuro desembolso del FMI, pero aún no tiene precisiones de cuándo será, y esta incertidumbre multiplica la inestabilidad de los mercados. Si los 5.400 millones no llegan en tiempo y forma -mediados de septiembre-, al gobierno no le quedará otro camino que usar las reservas del Banco Central para evitar un default y una crisis en los mercados con impacto electoral.
Al comienzo de la reunión que aún se desarrolla en Casa Rosada, todos sus protagonistas coincidieron en afirmar que las declaraciones de Fernández castigando al gobierno fue una reacción política a la masiva marcha que lideró Macri en la Plaza de Mayo.
Y ahora Macri, Peña, Vidal, Lacunza y Sandleris diseñan una ofensiva política para calmar la apertura de los mercados -mañana- y replicar las declaraciones de Fernández que, hasta ahora, decidió evitar una nueva polémica electoral que mezcle los acuerdos con el FMI, los próximos comicios y su conocida enemistad personal con su adversario de Juntos por el Cambio.