A una semana de que los gobiernos de San Juan y Mendoza coordinaran medidas financieras para incentivar las exportaciones de vinos blancos a granel y mostos – recuperar los precios de un mercado de granel en baja, es el propósito- aparecieron amenazas de corte de rutas y manifestaciones de un grupo de productores que pidieron la intervención de los gobiernos en el mercado de precios. Piden que el Estado vuelva a comprar vino a precios que el mercado no paga y a intervenir con variadas formas de presión. El jueves pasado, desde la APA, Asociación de Productores en Acción – productores no integrados del Este mendocino y que no se sumaron a la mesa de la Coviar- exigieron bajo amenaza de corte de rutas, que los Estados provinciales "salgan con un mensaje a los formadores de precios y les adviertan que si no pagan más por el vino de los productores, saldrán a comprar 10 millones de litros de vino a $1,30 o $1,40", advertían enfáticos, repitiendo viejos planteos de intervención estatal con compras, prorrateos y precios dirigidos. Y agregaron "si al mes no hay respuestas, deben redoblar la apuesta y comprar 20 millones de litros". Cabe acotar que la propuesta financiera de ambos gobiernos parte de vino blanco a 1.20 pesos por litro, como referencia para el proceso exportador, 95 centavos para el mosto.
Una semana atrás, los gobiernos -en tarea coordinada con la Coviar- salieron a solventar apoyo financiero para incentivar las exportaciones de vinos blancos, a Rusia, fundamentalmente, y de mosto concentrado cuyo principal mercado es Estados Unidos. Durante el fin de semana, las repercusiones de las amenazas no se hicieron esperar. "Estos sectores no tienen una propuesta seria, sólo les interesa volver a las políticas vitivinícolas de antaño. Si hasta les faltó pedir que después de comprar el vino lo tiremos por las acequias", ironizó una alta fuente del gobierno mendocino. Lo cierto es que frente a un año complejo, los analistas de la actividad pretenden darle coherencia y equilibrio estratégico a la economía regional. Los actores de la vitivinicultura -sentados en la mesa de la Corporación, incluyendo los gobiernos- se esmeran para evitar que éste aterrizaje de precios -que subieron abruptamente los primeros meses del 2010 hasta 1.40 y 1.50 en los blancos escurridos- no dañe la rentabilidad mínima del productor. En estos días el precio de ese vino básico ronda los 95 centavos y 1 peso por litro, al contado (el año pasado, al cabo de la elaboración andaba por los 75 centavos). "No habrá medidas de intervención directa por parte de los gobiernos, sino incentivos a las exportaciones de mosto y los vinos a granel, aportando auxilio financiero. El Estado seguirá apoyando la integración de los pequeños productores al negocio, con tecnología, financiación y contrato con los bodegueros. Intentamos preservar el equilibrio de existencias y salidas futuras, previniendo un escenario de una posible buena cosecha en el 2011, que sumaría volumen en contraste con la caída de los despachos 2010", advertían el martes pasado desde el Ministerio de la Producción mendocina.
El consumo, las ventas
Mientras tanto, la semana vitivinícola se cerró con los anuncios del INV respecto a la caída que tuvo la comercialización de vinos en el primer semestre de 2010, tanto en el mercado interno como en el externo. Para el organismo, durante los primeros 6 meses del año, los volúmenes comercializados totalizaron 5.488.084 hectolitros, registrando una disminución del 10,66% con respecto a igual período de 2009. El dato alentador del informe, surgió de los despachos al mercado interno, donde la comercialización en junio de 2010, dio señales de recuperación, con un volumen de 923.127 hectolitros superando en un 2,14% a junio de 2009 y en 43,55% a lo despachado durante mayo de éste año. En el mercado externo se comercializaron 223.464 hectólitros de vino. Los varietales y los espumantes arrojaron cifras positivas con un aumento del 10% y del 42% respectivamente, comparados con el mismo periodo de 2009.
