Con apenas 11 días de restricciones para la movilidad de las personas, y cierre de muchos comercios por las medidas de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio que dispuso un decreto de necesidad y urgencia del Presidente de la Nación, en marzo las ventas a precios corrientes en el conjunto de las cadenas de supermercados relevadas por el Indec sumaron un total de $86.773,4 millones, un 69,7% más que un año antes, en un escenario donde el promedio de precios al consumidor se elevó poco más de 48 por ciento.
De ahí surgió, en la estimación del organismo oficial de estadística un crecimiento a precios constantes de 10,7% respecto a marzo de 2019.
Claramente, la incertidumbre provocada por los efecto del ASPO y su extensión en el tiempo determinó compras preventivas en el último tercio del mes, en particular por parte de la población que contaba con recursos monetarios excedentes en el último tramo del mes.
Los medios de pago más utilizados en este canal fueron la tarjeta de crédito, con 39,3% del total y un crecimiento nominal de 90%; seguido por efectivo 30,8%, aunque aumentó menos que el promedio general, y la tarjeta de débito bancario 26,2%, en este caso con un incremento nominal de 65,9%. Los cupones de los establecimientos y otras opciones significaron el 3,6% restante.
Por el contrario, diferente fue el caso de las operaciones en los grandes centros de compras que incluyen lugares de recreación y patio de comidas. Allí el Indec registró ventas totales por apenas $7.860,7 millones, con una disminución de 32,9% respecto al mismo mes del año anterior; equivalente a una contracción de 56,6% en cantidades en comparación con igual mes del año anterior.
El panorama fue notablemente peor en abril, por el doble efecto de la extensión de la cuarentena y las severa limitación a la movilidad de los consumidores, y de la pérdida de ingreso de los amplios sectores vinculados con el comercio, las pymes y empresas que debieron acordar suspensiones y rebaja salariales, por efecto de la parálisis plena de sus actividades.