El jugo de uva o mosto, un comoditie exportable destinado al uso industrial alimenticio; está en uno de sus peores momentos. En el período de enero a junio los envíos al exterior bajaron 48,5% pasando de enviar 54.363 toneladas en 2016, a exportar 27.998 toneladas en 2017, según las cifras que acaba de difundir el Instituto Nacional de Vitivinicultura.
En la Cámara Argentina de Elaboradores y Exportadores de Mosto aseguran que se trata del registro más bajo al menos en los últimos 10 años, y creen que al final del 2017 apenas se lograrán exportar unas 70 mil toneladas. ‘’Seguramente va a ser una de las exportaciones mas bajas, al menos desde la convertibilidad’’, deslizó el gerente de la cámara, Sergio Colombo.
Diversos referentes del sector coinciden en que las causas de esta merma tan pronunciada son por un lado, la falta de uva tras dos cosechas seguidas de muy baja producción por cuestiones climáticas, lo que encareció la materia prima. A esto se suman los altos costos internos, entre los cuales destaca el tarifazo del gas, energía clave para la elaboración de concentrado de mosto; además de costos laborales, insumos y fletes internos. Todos esos factores hacen que el mosto argentino, además de ser poco este año, está demasiado caro para el mundo y se dificulta su venta respecto a su sustituto natural -el jugo de manzana- y los países competidores. Mientras una tonelada de mosto argentino hoy cotiza alrededor de 1.450 dólares, el jugo de manzana ronda los 1.200 dólares y el mosto hecho en España o California está sobre los 1.350 dólares. En el sector están preocupados porque el costo de procesar poca uva y no poder exportar, o hacerlo por debajo de la rentabilidad ha llevado en la actualidad a las empresas elaboradoras a estar con sus cuentas en rojo. Mala noticia también para la economía sanjuanina, ya que los productores destinaron este año más del 40% de sus uvas a la elaboración de mosto sulfitado, la materia prima que compran las industrias para fabricar mosto concentrado y exportar. Jorge Ribes, uno de los referentes locales analizó que se está ante un panorama difícil porque aunque el gobierno de Macri eliminó las retenciones del mosto, los principales países compradores (como EEUU) aun mantienen aranceles para su ingreso. ‘’Antes exportábamos a 45 países, ahora sólo a 24 destinos’’, lamentó. Otro experto que prefirió no identificarse añadió que el mosto y el vino a granel son comodities que ‘se exportan sólo cuando son competitivos’’, por lo que no advierte una salida a corto plazo ante la actual coyuntura. En ese aspecto, los datos del INV lo avalan porque además de la caída del mosto, la exportación del vino a granel en el semestre bajó casi el 45% (ver infografía), a diferencia del varietal que puede ‘defenderse’ con un precio más alto. Recordó que el mosto nació en 1994 como un producto estabilizador del mercado de uvas para evitar los excedentes vínicos, y que tras 2 años de cosechas bajas ‘hoy el mercado de la oferta y la demanda de vinos está en una balanza equilibrada’, lo que neutraliza al mosto. ‘’Hay mucha preocupación en el sector industrial’’, aseguró Colombo. Agregó que por el momento no hay despidos ni cierres de empresas, ‘pero si la situación sigue así, puede complicarse’’.