Nada está cerrado. Ni en el ciclo productivo ni en las expectativas de la vitivinicultura. La Naturaleza sigue cambiando cada día el escenario y como si el ciclo estuviera aún en plena ebullición, la piedra del 29 de diciembre pegó duro en los principales oasis de San Juan y Mendoza. Y nos sacudió justo un día después que el INV anunciara el primer pronóstico de cosecha, que preveía una cosecha probable con una merma del 10% en el total país, con San Juan con un 23% menos y Mendoza un 5% menos. Basta con seguir el día a día de las tormentas y la evolución de las acechanzas en los racimos, para deducir que el próximo ajuste del pronóstico de febrero, vendrá con disminuciones importantes. José ‘Catuco‘ Molina -vicepresidente de la Coviar- sinceró que ‘en San Juan ese jueves ‘negro‘, fue angustiante.
El granizo ‘borró de la producción‘ unas 800 hectáreas, lo que equivalen entre un 4 o 5% más de merma en la producción provincial‘, explicó Molina. Es un escenario complejo y de mucha incertidumbre porque la cosecha recién empieza, advierten los técnicos. Todos claman al Cielo por la disponibilidad de agua para riego durante enero y febrero, meses claves en crecimiento vegetativo de las plantas en ambos confines vitivinícolas. La zona Este de Mendoza -principalmente los departamentos de Rivadavia y Junín- también sufrieron los embates del clima en los últimos meses de 2011.

MOSTO

A todo esto, como las variedades más castigadas son las que aportan el volumen para la industria del mosto -de muy buenas perspectivas exportadoras 2012- las expectativas están centradas en el próximo acuerdo entre San Juan y Mendoza por la cantidad de uva que se va a destinar a mosto. Se ha empezado a hablar de volumen imprescindible para atender el mercado mundial ganado. Y no baja de 150.000 toneladas de concentrado, ya que las exportaciones cerraron 2011 con una venta de 147.000. Para Molina, ‘hay que evitar los picos y valles y no ‘recostarnos‘ en algunos oasis o provincias que son las que históricamente producen por encima del acuerdo. Caso San Juan. Ya es hora de ser precisos, regionales y ponerle un número que no debiera ser inferior a las 150 mil toneladas del concentrado como base, que es lo que nos están demandando los mercados internacionales. Si ese número es el 30% o superior, que así sea, pero necesitamos generar ese volumen de base. Como están planteados los escenarios del mundo en materia vitivinícola, no podemos permitirnos perder oportunidades de negocios‘, aseguró el directivo de la Coviar.