En realidad están preocupados por la gallina ponedora: el consumo de vinos. Porque, a pesar de que la cosecha 2010 -y contra todos los pronósticos- se dio dentro de parámetros normales, hay preocupación en algunos sectores de la industria que estiman que se han roto algunos equilibrios. Deducen que el efecto de precios altos y baja del consumo, podría golpear a la actividad el próximo año, por ejemplo si se diera una abundante cosecha, en un escenario de baja en el consumo por efecto de los precios. En resumen, pretenden discutir una política vitivinícola para cuidar la demanda externa y el consumo interno, base del negocio.

En las mesas vitivinícolas coinciden en que las causas se han ido generando a partir de una subestimación de la nueva cosecha durante los primeros meses del año. Eso, afirman, terminó presionando los precios de uvas y vinos al alza, incluso generando un proceso de especulación. "Si a esto le sumamos las últimas medidas que tomó el INV -conjuntamente con el Consejo Asesor Técnico-, de elevar el índice de color para los tintos a 500, terminó por estresar aún más el mercado", según explican desde esos sectores. "Si proyectamos la caída de los despachos al consumo interno durante los primeros 4 meses del 2010 (con caídas que van del 4 al 6 %) y el año que viene tenemos un cosecha de características normales (por ejemplo, próxima a los 30 millones de quintales), la vieja pretensión de un escenario de equilibrio de stock y precios accesibles para la gente, podría empujar el temido sobrestock. Y eso -advierten- irreversiblemente implicaría caída de los precios desde la viña a la góndola. De todas maneras, un in forme de la consultora CCR -que supo asesorar al Fondo Vitivinícola- se da cuenta de que la caída de los tetra y los embotellados de bajo precio en las góndolas, durante el primer trimestre oscilaba entre el 3 % (los tetra), el 10 % (los finitos hasta 8 pesos) y 5 % (los embotellados de hasta 8 pesos). La primera suba se advierte recién a partir de los vinos embotellados de más de 12 pesos y llega al 20 % de suba en los embotellados de más de 20 pesos. El problema es que el 80 % de las ventas en realidad se mueve en los vinos "bajos" desde el tetra hasta los finitos embotellados de mediano precio.

Además, para arrimar la lupa, se advierte que las bodegas exportadoras están perdiendo competitividad (y por ende oportunidades de ventas rentables), como consecuencia de la devaluación del Euro -más del 10% en lo que va del año-, un dólar retrasado, aumentos muy fuertes en los insumos básicos como el cartón y el vidrio (un promedio de 30%), sumado a un incremento del valor de vino, podríamos enfrentar un final de 2010 y un 2011, por lo menos, preocupante para las pretensiones de ganar mercados en las vidrieras mundiales (donde las góndolas abundan en ofertas internacionales de por lo menos 15 o 20 países productores). El objetivo de los últimos encuentros vitivinícolas de la región, apuntan a "instrumentar políticas público-privadas para no perder ni un solo litro más de consumo. Y eso se logra con estratégicas de competitividad y promoción (coordinadas y sin estériles enfrentamientos internos y regionales), que sostengan a los consumidores en el hábito. "A la gente hay que darle un montón de buenas razones para que consuma un producto que en un año aumentó el 100% de su valor", reflexionan en la COVIAR.