Las manos de Anabela Luna de un año y medio a esta parte, no paran: cuando quedó embarazada de los mellizos Sofía y Ulises empezó a tejer como terapia. Pero el resultado fue tan bueno, que el hobby se convirtió en fuente de negocios y dio nacimiento a “Luna de Crochet”, un emprendimiento de juguetes diferentes, realizados en macramé, hilo de algodón o totora que está cobrando protagonismo en las ferias de diseño provinciales. “El primer juguete que hice fue un elefante. Y cada vez que lo vuelvo a hacer, es el primero que se vende”, dice Anabela (32) que también es mamá de Marcos, de 3 años. Empezó a vender los primeros juguetes por casualidad, a unos amigos que tenían una tienda de muebles de diseño y confiesa que se inspiró en los juguetes de sus hijos. Luego subió los productos a su página del Facebook y de ahí no paró: “Estoy con los pedidos a full, a todos los compradores les aviso que estoy con una semana de entrega”, dice, orgullosa. Experta en el uso de una sola aguja de tejer, Anabela realiza desde pelotas, animales, sonajeros para las cunas de los bebés, autitos, aviones, jirafas, elefantes y jueguitos de té que vende a precios de entre $35 y $120. Lo que más tarda en realizar son esos últimos: las tacitas, platitos, azucarera, bandeja y tetera le llevan 2 días. Siempre usa colores fuertes: naranjas, violetas, rosados, fucsias. Y también está incursionando en móviles con pajaritos y nubes, en colores verdes o azules. “Creo que mis juguetes gustan. Hace poco, a través del blog una mujer de Puerto Rico me quería comprar los patrones de los juguetes. Nunca imaginé esa repercusión. Pero ahora, a través de ventas a amistades, los juguetes Luna de Crochet han llegado en forma de obsequios a Chile y Alemania”, agrega.

En la actualidad, además de los pedidos particulares efectuados por la red social, también le vende a locales de ropa de bebé y está encarando la realización de un catálogo. “Por lo original, la Universidad me invitó a participar en un paseo de emprendedores locales en el Congreso de Medio Ambiente del 24 al 26 de octubre próximos. Y también me inscribí en las rondas de negocios del PreMica”, contó. Anabela dijo que “de a poquito” su emprendimiento se ha convertido en un ingreso importante, en un negocio “en serio”, y agregó que su sueño es tener un local en el centro. “Creo que a fin de año lo podré concretar, ahí voy a poder mostrar al público todas mis creaciones”, opina.