Cuando pasaron exactamente dos años de que el Gobierno nacional le puso un cepo al ingreso de casi 600 insumos importados para sustituirlos por nacionales, arrastrando consigo trastornos para algunos sectores productivos, la secretaria de Comercio Exterior, Beatríz Paglieri, en su paso ayer por San Juan para inaugurar una fábrica de corchos sintéticos (ver recuadro), defendió la medida y negó problemas: “Esto es una economía abierta. No faltó absolutamente ningún insumo, no faltó absolutamente ningún bien que se quiera importar”, apuntó. Igual, complaciente, Paglieri aclaró que en este sentido “Gioja siempre estuvo al lado de cada pedido de los empresarios”.

Los dichos de quien es la mano derecha de Guillermo Moreno, su par de Interior, contrastan con lo que han sido las quejas de los actores de los distintos rubros de la economía local -por ejemplo, el agrícola- que padecieron las complicaciones para conseguir algunos insumos o la lenta sustitución que arrastran otros. En este sentido, la funcionaria dijo que “cuando se habla de sustituciones no se habla de una economía cerrada, se habla de mejorar la competitividad y eso se hace con inversiones”. Y agregó, “lo que se ha hecho es una buena importación, un buen balance de divisas y por eso estamos conformes”.

Nuevos mercados

Si algo marcó el rumbo de la Secretaría de Comercio Exterior e Interior el año pasado y lo que va de este 2013, es la batería de misiones comerciales a países de “menor porte”, como ocurrió con Angola, Azerbaijan, Indonesia o Vietnam, en la que, por ejemplo, participaron empresarios sanjuaninos del rubro agroalimentario. Para Paglieri se trata de una nueva estrategia de Argentina para buscar “economías complementarias” a las tradicionales, como lo son la Unión Europea, Brasil o los Estados Unidos. Además aprovechó para aclarar que la “política de Estado” es defender las economías regionales, en referencia al rol que ella misma cumplió en el problema con Brasil para vender uva de mesa el año pasado.