Los vinos que lleven en sus etiquetas el sello "Alimento Argentino", que garantiza estándares altos de calidad para acceder a mercados internacionales y que también servirá para posicionarse en el ámbito argentino, tendrán un 0,5% adicional de reintegros en las exportaciones. En San Juan el sector bodeguero aplaudió la iniciativa que puede llegar a beneficiar al menos a unos 20 establecimientos que envían sus productos al exterior. Desde la Cámara de Bodegueros, el gerente, Javier Coria, dijo que "es una medida positiva, un beneficio para el sector" y aseguró que en esa cámara ya hay 20 establecimientos dispuestos a imprimir sus etiquetas para obtener el beneficio porque ya cumplen con la normativa que exige la Nación y que fue reglamentada en los últimos días.
Andrés Berzenkovich, de Bodegas Bórbore, sostuvo que "será una medida de utilidad" y aseguró que la va a implementar en sus vinos de exportación. Desde Bodegas Casa Montes, el gerente general, Mauricio Colomé, también sostuvo que "toda ayuda adicional viene bien".
Se estima que, a nivel de toda la industria vitivinícola, el 0,5% adicional al reintegro de exportaciones, representa 3,5 millones de dólares por año.
Para entender cómo funcionan los reintegros puede citarse el caso de una bodega que exporta vinos por el equivalente a 1.000 dólares, debe abonar 3.000 pesos de derechos de exportación, a razón de 3 pesos por dólar exportado. En ese caso, los reintegros que le hace la Nación -del 3,2%- alcanzan a 1398,40 pesos al valor del dólar actual. Al recibir el nuevo beneficio, del 0,5% adicional serán 1.616,90 pesos ( 218,50 pesos adicionales) que embolsará la bodega. Si bien el número es chico, los bodegueros locales señalaron que en la sumatoria resulta beneficioso.
El nuevo protocolo de calidad para vinos argentinos surgió fue posible luego de las gestiones de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), el Instituto Nacional de Vitivinicultura, Wines of Argentina y Bodegas de Argentina.
El sello "Alimentos Argentinos" es una marca de calidad gratuita que distingue a los alimentos que se elaboran en el país que cumplen protocolos de calidad específicos, poseen una calidad diferenciada y a los consumidores les permite identificarlos.
Entre los beneficios del uso del sello se encuentran, además de la obtención de un 0,5% adicional en reintegros a la exportaciones, un 50% de descuento a las bodegas para que participen en una feria internacional por año; participación en stands de ferias, exposiciones y seminarios y publicaciones en catálogo y redes sociales de Alimentos Argentinos.
La normativa señala que las bodegas que quieren utilizar el sello deberán cumplir una serie de requisitos. Sus uvas deberán provenir de un viñedo que cuente con Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) implementadas; y deberá ser elaborado y fraccionado en establecimientos que cumplan con un mínimo del 75% de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM), según lo informado por el INV. Asimismo, la etapa de elaboración deberá contemplar la aplicación de prácticas enológicas reglamentadas y uso de productos enológicos lícitos. El vino deberá cumplir con los parámetros analíticos establecidos en los Certificados de Libre Circulación y Aptitud de Exportación. El vino deberá encontrarse libre de defectos.
Las claves
El sello
"Alimentos Argentinos" es una marca de calidad gratuita que distingue a los alimentos que se elaboran en el país y que cumplen protocolos de calidad específicos. Actualmente hay 700 productos de 46 empresas que son monitoreados para que se cumplan esos requisitos, a los que se suman después de las gestiones los vinos.
Beneficios
A las bodegas les permitirá obtener un 0,5% adicional en los reintegros a las exportaciones, un 50% de descuento para que los establecimientos participen en ferias internacionales, la posibilidad de formar parte de stands de ferias, aparecer en las publicaciones en catálogo y en las redes sociales de Alimentos Argentinos.
Requisitos
Las uvas para elaborar los vinos deberán provenir de un viñedo que cuente con Buenas Prácticas Agrícolas (BPA) y la bodega deberá cumplir con un mínimo del 75% de Buenas Prácticas de Manufactura (BPM). La elaboración deberá contemplar la aplicación de prácticas enológicas reglamentadas y uso de productos enológicos lícitos.