El Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV) informó hoy que las exportaciones de vinos durante 2021, superaron los 1.000 millones de dólares, el nivel más alto desde 2013.
Según el Laboratorio Estadístico del INV, la Argentina registró un nuevo tope de exportaciones en vinos fraccionados con 817 millones de dólares, superando el récord anterior logrado en el año 2012 de 786 millones de dólares.
En un contexto global de crecimiento y recuperación del comercio del vino, según el Observatorio español del Mercado de vinos (OeMv) que superará los niveles de pre pandemia, Argentina no estuvo al margen y fue uno de los países que más creció.
Si bien durante el 2021, el volumen exportado total de vinos en hectólitros se redujo casi un 15% respecto del año anterior, debido a la disminución en graneles (por falta de oferta exportable), los vinos fraccionados fueron la locomotora que generó los buenos resultados con 9% de crecimiento en volumen y 15,8% en valor.
El consumo de los vinos espumosos subió 44% en volumen debido a la recuperación y la apertura de hoteles, restaurantes y catering a nivel global, además del regreso de otras actividades.
Se produjo un crecimiento de los vinos varietales con el Malbec como bandera, en el que solo la cepa insignia de la vitivinicultura argentina ganó un 11,1% con relación a 2020 en los mercados externos.
Los 10 principales destinos de los vinos fraccionados argentinos fueron Estados Unidos, Reino Unido, Brasil, Canadá, Países Bajos, México, China, Paraguay, Suiza, y Francia, que sumados al resto de los países le permitieron crecer a una tasa del 15,8% en valores FOB respecto a 2020, con una suba en dólares de 111.678.000 con relación al año anterior.
El análisis del INV marcó que 2021 fue un gran año para el comercio del vino a nivel mundial donde solo Nueva Zelandia y Australia no crecieron a la par del resto de los países y donde Argentina ha conseguido mejoras importantes en las exportaciones de vinos fraccionados, creciendo en volumen y precio en una categoría que aporta valor agregado desde la producción y la industria.
"Los cambios de hábitos de consumo son constantes, los avatares del comercio mundial, la logística estresada y la pandemia no dan tregua, es por esto que el sector privado, corporaciones y cámaras del sector vitivinícola deberán seguir trabajando en forma conjunta al Gobierno nacional y Cancillería para afianzar y crecer en los mercados del mundo", concluyó el INV.